Recorre las calles vibrantes de Puerto Vallarta con una guía local, prueba ocho platillos distintos—desde tacos frescos de dorado hasta jalapeños rellenos de mariscos—y descubre las historias detrás de cada parada. Risas, sabores inesperados y momentos que se quedan contigo mucho después de la última degustación.
¿Conoces esa sensación de estar de repente en un lugar que creías conocer por fotos, pero que es más ruidoso, más vibrante y huele a elote asado? Así empezó para mí el recorrido por el centro de Puerto Vallarta. Nos encontramos con nuestra guía—se llamaba Marisol, nos saludó con las dos manos—y nos lanzamos a recorrer esas calles empedradas llenas de vida. El aire estaba pegajoso pero agradable, como si algo emocionante estuviera por pasar. Primera parada: un puesto de mariscos donde probé un taco de dorado tan fresco que casi me olvido de escuchar la historia que Marisol contaba sobre el pescador que los trae cada mañana. Ese bocado aún me viene a la mente.
Caminando por la Zona Romántica, se escuchaba música de fondo—quizá una radio o alguien tarareando detrás del mostrador. Entramos en lugares diminutos que nunca habría notado solo (uno tenía paredes del color de un sorbete de lima). En uno de ellos, la dueña me ofreció un jalapeño relleno de mariscos; dudé porque el picante suele ganarme, pero resultó cremoso y con un toque justo de fuego. Li se rió cuando intenté decir “gracias” con la boca llena—seguro lo arruiné. Para ese momento ya habíamos probado tres tipos de tacos y un mole que Marisol dijo que su abuela solía preparar.
El Malecón estaba lleno de vida—familias, vendedores que gritaban sus ofertas, el mar justo ahí si necesitabas una excusa para detenerte. Entre bocado y bocado aprendimos un poco de la historia de Vallarta (sin mucha charla, más bien comiendo). Siempre había agua embotellada cuando la necesitábamos y tiempo para explorar un poco si algo llamaba tu atención. Honestamente, al final mis pies estaban cansados pero mi mente más ligera—quizá por todas las historias o simplemente por estar lleno en todos los sentidos.
El tour dura aproximadamente 3.5 horas.
La experiencia incluye 8 degustaciones en los mejores restaurantes y puestos.
Sí, se incluye agua embotellada para todos los participantes.
Sí, los niños pueden unirse si van acompañados por un adulto.
Sí, explorarás ambas zonas durante el recorrido.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en coche o carriola.
Se recomienda usar zapatos cómodos por el recorrido moderado sobre empedrados.
Por favor, indica cualquier necesidad especial al reservar en el apartado ‘Requerimientos Especiales’.
Tu día incluye ocho generosas degustaciones en restaurantes y puestos seleccionados en el centro de Puerto Vallarta—con suficiente agua embotellada durante el camino—y todo guiado por un amable local que mantiene el ritmo (y las risas).
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