Recorre en ATV o RZR el campo verde de Puerto Vallarta hacia la Sierra Madre, refréscate en la cascada El Salto y cruza el puente colgante más largo de Latinoamérica, el Puente Jorullo, con el corazón latiendo a mil. Termina con una bebida fría con vistas a la selva y prueba tequila local antes de regresar.
No tenía muy claro qué esperar del tour por el Puente Jorullo; pensaba que sería solo un paseo movido con buenas vistas. Pero lo primero que me sorprendió fue el olor a tierra mojada al salir de Puerto Vallarta, con las ventanas bajadas en la camioneta, pasando por puestos de fruta y niños saludando (uno llevaba un loro en el hombro, en serio). Nuestro guía, Armando, no paraba de bromear sobre el polvo que nos íbamos a echar encima. Y no mentía. Mis zapatos todavía lo están pagando.
Elegir entre un ATV o un RZR fue como cuando en la clase de gimnasia se eligen equipos, todos tratando de decidir cuál sería más divertido. Nosotros optamos por un RZR para dos (yo no sé manejar palanca). El camino hacia la Sierra Madre era pura curva, con piedras sueltas que rebotaban bajo las ruedas y la selva verde y densa pegada a los lados. Al llegar a la cascada El Salto, me metí de cabeza al agua —fría hasta hacerme doler los dientes, pero valió la pena después de todo el polvo. Algunos solo se sentaban en las rocas con los pies en el agua, en silencio salvo por los pájaros y el suave sonido de rancheras desde un teléfono.
El momento cumbre, el Puente Jorullo, parecía mucho más largo de lo que imaginaba. Armando nos animó a avanzar (“¡Ánimo!”) y juro que las manos me sudaban dentro de los guantes. Cruzar en RZR es una experiencia loca; sientes cada movimiento y ves directo hacia el río abajo a través de las rejillas. Nos detuvimos justo en medio para tomar fotos —mi amiga me agarró tan fuerte del brazo que me dejó marcas. Allí arriba se escucha el ruido de los motores y el viento silbando, pero a la vez hay una calma extraña. Una mezcla rara.
Después, hay un bar en una loma donde todos bajan el ritmo con una bebida fría. La vista es infinita: selva, caminos de tierra roja que se pierden a lo lejos, y una neblina azul sobre las montañas. La cata de tequila al regresar fue casi un extra, pero estuvo divertida (intenté decir “reposado” con un acento decente y Armando se rió). Pero sigo pensando en ese puente —verlo en fotos es una cosa, pero sentir el corazón latir mientras lo cruzas es otra totalmente distinta.
El Puente Jorullo es el puente colgante más largo de Latinoamérica.
Sí, incluye transporte ida y vuelta desde la oficina del operador en Puerto Vallarta.
Sí, puedes reservar ATVs para 1 o 2 personas o RZRs para 2 o hasta 4 personas por vehículo.
Sí, cada conductor debe presentar una licencia de conducir válida al registrarse.
La edad mínima para conducir es 18 años; los pasajeros deben tener al menos 6 años.
Debes llevar zapatos cerrados, traje de baño, toalla, protector solar, gorra, pantalones cortos y algo de dinero extra para comida o propinas.
Sí, la experiencia se realiza con lluvia o sol.
No incluye comida; sin embargo, hay bebidas disponibles en una parada en el bar y cata de tequila al regresar.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde la oficina en Puerto Vallarta hacia la Sierra Madre en ATV o RZR (a tu elección), paradas en la cascada El Salto para nadar o relajarte, tiempo para cruzar el Puente Jorullo con oportunidad de fotos en el centro, una parada en un bar en la montaña con vistas panorámicas y una cata de tequila opcional antes de regresar a la ciudad.
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