Nadarás con lobos marinos cerca de Isla Espíritu Santo, harás snorkel en aguas cristalinas con un guía local desde La Paz, disfrutarás de una comida en una playa virgen y podrás probar paddleboard si te animas. Prepárate para risas, piel salada, nuevos amigos y momentos de paz que recordarás mucho después del regreso en bote.
“¿Listos para conocer a los lobos marinos?” nos preguntó Carla, nuestra guía, justo cuando subíamos al bote en La Paz. Me reí porque, la verdad, no estaba segura — nunca había estado tan cerca de la vida salvaje. El aire de la mañana era fresco y salado, y el sol ya brillaba en el agua de una forma que te hace entrecerrar los ojos aunque lleves gafas de sol. Éramos seis, más Carla y el capitán, y todos estábamos un poco nerviosos pero emocionados. Yo no paraba de ajustar mi máscara de snorkel mientras Carla repartía pulseras para entrar al parque nacional de Isla Espíritu Santo.
El viaje fue más largo de lo que esperaba (quizá una hora), pero no se sintió pesado. Pasamos junto a formaciones rocosas impresionantes, como talladas por el viento durante siglos — una parecía un enorme hongo. Carla nos señaló fragatas volando sobre la bahía de San Gabriel, sus alas casi silenciosas salvo cuando bajaban rozando el agua. Al anclar cerca de la isla, primero escuchamos los ladridos de los lobos marinos antes de verlos. El olor era... bueno, digamos que era naturaleza en estado puro. Pero en cuanto te metes al agua todo cambia — al principio está fría y transparente, y de repente ves esas enormes figuras marrones moviéndose como perros bajo el agua. Uno se acercó a mi máscara y me sopló burbujas; casi me trago medio Mar de Cortés de la risa.
La comida fue en una playa tan blanca que casi te dolían los ojos — ceviche, sándwiches, fruta, todo servido bajo sombrillas mientras nos secábamos en esas sillas inflables (que son más cómodas de lo que parecen). Alguien se animó a hacer paddleboard después de comer; yo esperé un rato porque el equilibrio no es lo mío tras la comida. El silencio allá es diferente — nada de ruidos de ciudad, solo viento, olas y alguna gaviota chillando sin razón. Carla nos contó que Espíritu Santo es Patrimonio de la Humanidad por su flora y fauna únicas; se notaba que estaba orgullosa de su tierra.
Todavía recuerdo flotar boca arriba después de comer, mirando ese cielo azul infinito, con la sal en los labios y la arena pegada en los pies. No es perfecto — te entra bloqueador en los ojos o se te cae la barra de granola en la arena — pero justo eso lo hace especial. Si buscas una escapada desde La Paz que sea salvaje y a la vez tranquila, este tour es para ti.
El tour dura aproximadamente un día completo, incluyendo el viaje en bote ida y vuelta a Isla Espíritu Santo.
Sí, el snorkel con lobos marinos está incluido, salvo restricciones por temporada de cría.
Sí, se ofrece comida en una de las playas de la isla, además de snacks y bebidas.
Sí, los paddleboards están disponibles para quienes quieran usarlos después de comer en la isla.
Toalla, sombrero, gafas de sol, bloqueador biodegradable y quizá una chaqueta si es invierno.
Sí, es ideal para todos los niveles y familias; los bebés deben ir en brazos de un adulto.
Tu día incluye transporte en bote ida y vuelta desde La Paz a Isla Espíritu Santo con permisos para áreas protegidas gestionados por tu guía local certificado. Se proporciona todo el equipo de snorkel y paddleboards para quien quiera probar. La comida (ceviche, sándwiches, ensalada de pasta), snacks como fruta o galletas, refrescos y cómodas sillas de playa bajo sombrillas están listos en la arena antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?