Empieza tu viaje en Guadalajara con recogida en hotel y un conductor local amable que conoce todos los atajos y los mejores lugares para parar a comer. Haz una pausa para probar tequila en Tequila o pasea por las calles soleadas de Sayulita antes de llegar a la costa de Puerto Vallarta. El viaje es tuyo: asientos cómodos, agua embotellada y quizás algunas historias que recordarás mucho después de desempacar.
No esperaba que el viaje de Guadalajara a Puerto Vallarta se sintiera como una pequeña aventura por sí solo. Nuestro conductor, Javier, llegó puntual y hasta me ayudó a meter mi maleta a reventar en la van sin quejarse (aunque lo vi sonreír al ver las pegatinas que tenía). Afuera ya empezaba a calentar el día, pero dentro estaba fresco y olía a limón. Apenas habíamos salido cuando nos preguntó si queríamos parar en Tequila—y, la verdad, ¿quién dice que no? Dijo que casi es un pecado no hacerlo.
La salida de Guadalajara es bastante movida, pero al acercarnos a Tequila todo se volvió más tranquilo. Los campos de agave azul parecían de otro mundo con la neblina de la mañana. Javier nos contó de su primo que trabaja en una destilería—señaló cuál era, y todavía recuerdo cómo pronunciaba “Herradura,” con una R tan marcada que intenté imitarlo y fallé (él se rió, así que al menos alguien disfrutó mi intento). Dimos una vuelta por el pueblo—el aroma a agave tostado estaba en todas partes. Compré una botellita pequeña que seguro no llegará cerrada a casa.
Después tuvimos opciones. Podíamos parar en Tepic o Guayabitos, pero elegimos Sayulita porque alguien me dijo que tiene un rollo surfero relajado. Y sí, lo tenía—no sé si por el calor o porque todos se movían lento después de comer. Comimos tacos cerca de la plaza; venían envueltos en papel que se me pegaba un poco en los dedos por la salsa. Había niños corriendo descalzos por la calle y un señor vendiendo pulseras con su radio sonando cumbias viejas. Me hubiera quedado más tiempo, pero la verdad es que ya solo quería ver el mar.
El tramo final hacia Puerto Vallarta fue tranquilo—ese olor a sal que se cuela por las ventanas y el sol reflejándose en todo. Javier nos dejó justo en la puerta de nuestro Airbnb, se despidió como si nos conociera de toda la vida y se perdió entre el tráfico. A veces pienso en ese viaje—no fue solo un traslado, fue como un suave empujón para entrar en modo vacaciones antes de desempacar.
Sí, es un traslado privado solo para tu grupo con un conductor que habla inglés.
Sí, puedes elegir paradas turísticas como Tequila o Sayulita por hasta 2 horas cada una.
Los sedanes caben 3 maletas; las vans hasta 7 maletas más equipaje de mano.
Sí, incluye recogida en tu hotel o alojamiento.
Se pueden pedir asientos especializados para bebés bajo solicitud.
No incluye almuerzo fijo, pero hay tiempo para comer en las paradas.
Sí, el conductor local habla inglés y conoce muy bien la zona.
El viaje directo dura unas 5 horas; las paradas turísticas suman tiempo extra según lo que elijas.
Tu viaje incluye recogida privada puerta a puerta en Guadalajara, un conductor local que habla inglés, se encarga de tu equipaje y conoce las mejores rutas, agua embotellada para todos, aire acondicionado ya sea que viajes solo, con amigos o familia (hay vans disponibles), todos los impuestos y tasas incluidos, y muchas oportunidades para hacer paradas turísticas o comer algo antes de dejarte donde quieras en Puerto Vallarta.
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