Bajas del avión en el aeropuerto Felipe Ángeles y ves a tu conductor esperándote con una sonrisa. Agua fría y toallas frescas te ayudan a entrar en el ritmo de Ciudad de México mientras viajas cómodo directo a tu hotel o dirección. Con charla amable y detalles locales en el camino, es más que un traslado privado — es llegar como un invitado, no solo como otro viajero.
¿Alguna vez has llegado a un lugar nuevo y te has preguntado si verías tu nombre en uno de esos carteles? Así empezó mi experiencia en el aeropuerto Felipe Ángeles: mirando a todos lados, mitad nervioso, mitad emocionado. Pero ahí estaba Arturo, sonriendo y saludando antes de que pudiera pensarlo demasiado. Me ayudó con la maleta (yo siempre llevo de más), me entregó una botella de agua fría y me ofreció una toallita húmeda — la verdad, eso se siente increíble después del vuelo. El auto olía a un suave aroma a limón del desinfectante, que supongo ya es normal, pero me hizo sentir que cuidaban cada detalle.
El trayecto de AIFA a Ciudad de México no es corto — el tráfico aquí puede ser toda una aventura — pero estar sentado en ese coche fresco y silencioso, viendo cómo la ciudad se va revelando poco a poco, fue extrañamente relajante. Arturo me contó de su taquería favorita (jura que el pastor con piña es insuperable) y me señaló dónde se asoman las montañas en los días despejados. En un momento se rió cuando intenté pronunciar “Chapultepec” correctamente — aún no estoy seguro de haberlo logrado. Hay algo muy reconfortante en que te lleve alguien que conoce estas calles al dedillo; incluso esquivó sin problema una lluvia inesperada con un cambio de ruta exprés.
No esperaba fijarme en tantos detalles: el aroma lejano a elotes asados que se colaba por las rendijas de la ventana cerca de La Raza, o cómo las luces de la ciudad empiezan a parpadear mucho antes de llegar al centro. Para cuando llegamos a mi hotel, ya me sentía menos como un extraño y más como alguien que está siendo recibido — nada ostentoso, solo cuidado con calma. Si aterrizas en Felipe Ángeles y necesitas transporte privado hacia CDMX, así es como me gustaría empezar cada viaje. Qué curioso que un simple traslado pueda quedarse contigo.
El viaje suele durar entre 1 y 2 horas, según el tráfico y la ubicación de tu hotel en CDMX.
Sí, la recogida en el aeropuerto Felipe Ángeles está incluida en todos los traslados.
Los asientos para bebés están disponibles si se reservan con anticipación.
Recibirás agua embotellada, toallas húmedas y gel antibacterial durante el trayecto.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este servicio de traslado.
Sí, es adecuado para todos los niveles de movilidad ya que es un transporte puerta a puerta.
Sí, la mayoría de los hoteles en Ciudad de México están cerca de opciones de transporte público.
Tu traslado incluye transporte privado desde el aeropuerto Felipe Ángeles AIFA directamente a tu hotel o dirección en Ciudad de México. Durante el viaje tendrás agua embotellada, toallas refrescantes, gel antibacterial para sentirte cómodo tras el vuelo, además de un vehículo con aire acondicionado conducido por un local que conoce bien la ciudad.
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