Te recogerán en tu hotel en Ciudad de México para un tour privado por el complejo de la Basílica de Guadalupe. Pasea por plazas con aroma a incienso, visita capillas históricas en el cerro del Tepeyac, contempla el venerado tilma y comparte momentos con locales y tu guía. La vista de la ciudad desde arriba se queda contigo mucho después.
Confieso que estaba un poco nervioso por visitar la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe — no por ser muy religioso, sino porque había escuchado sobre las multitudes y la intensidad de las emociones. Pero nuestra guía, Ana, nos recogió directamente en el hotel en Ciudad de México y de alguna manera hizo que pareciera que salíamos con una amiga de toda la vida. El camino fue tranquilo, solo se escuchaba cumbia en la radio y Ana señalaba dónde compra sus tamales favoritos. Recuerdo que apreté más fuerte de lo que quería la bolsita con el snack (incluido, por cierto) cuando llegamos a esa enorme plaza.
Caminar por el Atrio de las Américas fue como entrar a otro mundo — incienso en el aire, gente murmurando oraciones, vendedores ofreciendo rosarios. Ana nos explicó por qué este lugar es tan importante para millones; incluso nos mostró cómo reconocer a los peregrinos que llegan descalzos (yo no lo había notado antes). Vimos la basílica nueva y la antigua — la verdad, ver el tilma original de 1531 detrás del vidrio me puso la piel de gallina. Hay algo en ver a los locales persignarse o tocar la pared en silencio que te llega al alma de buena manera.
La subida al cerro del Tepeyac no fue tan dura como temía (Ana nos dejó ir despacio), aunque mis piernas se quejaron un poco. Los jardines estaban llenos de cantos de pájaros y pequeñas cascadas — casi se te olvida que estás en Ciudad de México hasta que ves el horizonte brumoso desde arriba. Hay una capillita en la cima donde, según cuentan, Juan Diego recogió esas flores milagrosas; huele a cera y piedra húmeda. Nos reímos cuando Ana intentó enseñarme a pronunciar “Tepeyac” bien — nunca lo logré del todo. Después de todo eso, sentarme en silencio frente a la imagen de la Virgen fue más intenso de lo que esperaba… en el mejor sentido. A veces todavía recuerdo ese silencio.
Sí, el traslado desde tu alojamiento en Ciudad de México está incluido.
El trayecto suele durar unos 30 minutos, dependiendo del tráfico.
Sí, puedes pedir tiempo para escuchar misa o hacer oraciones durante la visita.
Sí, todas las áreas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
Incluye transporte privado, agua embotellada, snacks y entrada a todos los sitios del complejo.
Sí, visitarás la Basílica Nueva (con el tilma original) y la Antigua, además de varias capillas.
Sí, dentro del complejo religioso hay tiempo para comprar si quieres.
La caminata es moderada; los guías permiten descansos si es necesario.
Tu día incluye recogida privada en hotel en Ciudad de México, transporte cómodo (van si son más de cuatro personas), agua embotellada y una pequeña bolsita de snacks por persona. Tendrás acceso a todas las áreas del complejo religioso de Guadalupe con un guía local que te acompañará en cada paso, y al final te dejarán de regreso en tu hotel o dirección en la ciudad.
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