Camina entre piedras milenarias en Chichen Itzá mientras tu guía comparte secretos que solo los locales conocen, nada en un cenote fresco rodeado de selva y recorre las calles soleadas de Valladolid. Todo con transporte desde tu hotel y almuerzo buffet incluido. Momentos que recordarás mucho después de secarte el agua del cenote.
“¿Ves esa sombra? Es la serpiente,” nos dijo nuestro guía Diego, entrecerrando los ojos hacia El Castillo mientras la luz del sol cortaba la piedra. Había visto fotos de Chichen Itzá antes, pero estar ahí—con la camiseta pegada por el sudor, el aire denso y olor a tierra—era otra cosa. Familias de Mérida se tomaban fotos en grupo, un niño pequeño corría tras palomas cerca de las escaleras. Diego nos contó sobre el calendario maya tallado en cada lado; intenté contar los escalones pero me perdí a mitad de camino. Todo el lugar vibraba con voces en español, inglés y algo más que no supe identificar—quizá pura energía antigua.
El cenote estaba más fresco de lo que esperaba—tanto en temperatura como en ambiente. Bajamos por unas escaleras de piedra resbaladizas (casi me caigo; las sandalias no fueron buena idea) y de repente todo quedó en silencio salvo por el goteo del agua arriba. La luz entraba con tonos azulados y verdes, reflejándose en las paredes de piedra caliza. Metí los dedos primero (¡qué frío!), y luego me lancé. Flotando ahí, mirando las raíces enredadas colgando, capté un aroma mineral, casi metálico pero limpio, y por un momento el tiempo pareció detenerse. El almuerzo fue buffet: cochinita pibil, arroz, tortillas. Nada sofisticado, pero justo lo que necesitaba después de nadar.
Valladolid fue la sorpresa más grande—me imaginaba un pueblo tranquilo, pero tiene su propio ritmo. Fachadas pastel que se despintan bajo el sol, viejos abaniqueándose en los bancos de la plaza principal. Tuvimos media hora para caminar; compré un dulce de tamarindo a una señora que sonrió cuando dudé con mis pesos (las cuentas no son lo mío). Hay algo especial en esa plaza: gente charlando bajito, campanas de iglesia a lo lejos. Volvimos al van pegajosos de sudor y azúcar, cansados pero felices, de esos días que te llenan el alma.
La excursión es de día completo e incluye transporte desde Cancún o Riviera Maya con paradas en Chichen Itzá, un cenote y Valladolid.
Sí, incluye recogida en hoteles de Cancún o Riviera Maya, o puedes elegir un punto de encuentro.
Sí, está permitido nadar en el cenote; el uso de chalecos salvavidas es obligatorio por seguridad.
Incluye un almuerzo buffet después de visitar el cenote.
Tendrás unos 30 minutos para explorar la plaza principal de Valladolid durante la excursión.
Sí, contarás con guías certificados y bilingües durante todo el recorrido.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos o carriolas.
Se recomienda llevar traje de baño y toalla; los chalecos salvavidas los proporcionan en el lugar.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde tu hotel o punto de encuentro en Cancún o Riviera Maya, entrada a Chichen Itzá con historias de un guía bilingüe certificado, tiempo para nadar en un impresionante cenote maya (con chaleco salvavidas obligatorio), almuerzo buffet después del baño, y media hora para pasear por la histórica plaza principal de Valladolid antes de regresar.
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