Recorre los canales animados de Xoximilco en Cancún a bordo de una trajinera llena de color, con mariachis en vivo y platillos mexicanos servidos a bordo. Disfruta tequila y cerveza ilimitados (si te atreves), y momentos llenos de risas con tu guía local. Al final de la noche, sentirás la esencia festiva de México, aunque tus pasos de baile necesiten práctica.
Confieso que no esperaba reír tanto antes de subir al barco. El chofer nos recogió directo en el hotel en Cancún, puso cumbia bajito y bromeó sobre cuántas veces había hecho esta ruta (“demasiadas,” dijo con una sonrisa). Al llegar a Xoximilco, nos dieron pulseras en el autobús (qué bueno no tener que hacer fila), y de repente todo se veía más vivo: trajineras pintadas por todos lados, familias ya tomando fotos. El aire olía a elote asado y a algo dulce que aún no logro identificar.
Nuestra anfitriona esa noche fue Alejandra — se presentó como nuestra “capitana” y tenía esa habilidad de hacer que todos nos sintiéramos parte de una gran reunión familiar. Subimos a nuestra trajinera (la nuestra llevaba el nombre de Oaxaca) y nos adentramos en los canales. En un momento empezó a sonar la marimba detrás de nosotros — se escuchaban risas rebotando en el agua desde otras trajineras, pero nunca se sentía lleno. Alguien me pasó un vasito de tequila con sabor a tamarindo (nunca lo había probado) y, la verdad, picaba rico. La comida no paraba de llegar: pollo en mole, camarones con chile y limón… perdí la cuenta. Mi amigo intentó decir “chapulines” bien; Alejandra se rió tanto que casi se le cae la charola.
Navegamos junto a músicos — mariachi aquí, un grupo jarocho más adelante — todos tocando en vivo mientras flotábamos bajo luces de colores. En un momento me recosté en la barandilla de madera y vi cómo las luces se reflejaban en el agua. La humedad estaba presente, pero sin ser pegajosa; se sentía el aroma a tierra mojada por la lluvia de más temprano. Niños bailaban con sus papás cerca de la proa, mientras parejas mayores brindaban con pequeños vasos de mezcal. No me di cuenta de lo tarde que era hasta que alguien señaló la luna.
Así que sí, si estás pensando en hacer una excursión a Xoximilco desde Cancún o Playa del Carmen, no lo pienses mucho. Todo se siente como entrar a una fiesta que los locales llevan años celebrando — a veces ruidosa, un poco desordenada, pero auténtica y con un sabor que se queda contigo mucho después de irte. Ahora que escucho mariachis, sigo recordando ese paseo en trajinera.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel desde hoteles seleccionados en Cancún, Playa del Carmen y Riviera Maya.
Probarás platillos tradicionales mexicanos como pollo en mole, tamales, camarones, cerdo maya, arroz, postres y opciones vegetarianas si las pides.
Sí, tequila ilimitado, cerveza y agua con sabor están incluidos durante todo el recorrido.
Sí, varios grupos musicales tocan en vivo a bordo o a la orilla de los canales: mariachis, grupos jarochos, marimba y más.
La actividad es accesible para sillas de ruedas y apta para todos los niveles; niños mayores de 5 años pueden participar acompañados de un adulto.
La experiencia principal dura varias horas por la noche; el horario exacto depende del lugar de recogida.
Usa ropa y calzado cómodos; se recomienda repelente ecológico por el entorno en los canales.
Tu noche incluye transporte de ida y vuelta desde Cancún o zonas cercanas, pulseras de acceso prioritario para saltarte filas al llegar, entrada al parque Xoximilco, tequila ilimitado, cerveza o agua con sabor en barra libre durante el paseo en trajinera por los canales, cena tradicional mexicana con opciones vegetarianas, música en vivo de varias bandas regionales durante todo el recorrido y un guía local que te acompaña en cada paso hasta el regreso tarde en la noche.
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