Escapa del ruido de la ciudad y respira aire de montaña en esta excursión al Valle de Ourika desde Marrakech. Pasea por un mercado bereber auténtico, sube a las cascadas de Setti Fatma y relájate con un almuerzo junto al río, ¡pies en el agua si quieres!
Lo primero que me sorprendió fue el aire fresco, un alivio total después del calor de Marrakech. Salimos temprano y en poco más de una hora el paisaje cambió por completo. La tierra roja dio paso a campos verdes y pequeños pueblos bereberes escondidos entre las colinas. Nuestro chófer señaló Tnine Ourika, donde cada lunes se reúne la gente local para el mercado más grande del valle. No es solo para turistas; familias de toda la zona vienen a comprar de todo para la semana: especias, pan recién hecho, hasta gallinas cacareando en cestas. El aroma del té de menta se mezcla con el polvo y el maíz asado de los puestos en la carretera. Si estás un lunes, no te lo puedes perder.
Seguimos subiendo por las faldas de las montañas, pasando por grupos de casas pintadas en tonos rosas y amarillos desgastados. En el pueblo de Tafza, nuestro guía nos propuso una parada rápida en el Ecomuseo Bereber. Es pequeño pero está lleno de fotos antiguas, joyas y alfombras tejidas, cosas que no verías en un museo grande de ciudad. Patrick y Hamid, que lo gestionan, siempre están encantados de contar historias sobre las tradiciones bereberes si están por allí.
A mediodía llegamos a Setti Fatma. El pueblo está justo al pie del Alto Atlas y puedes oír el río antes de verlo. Nos sentamos en el Café des Cascades, con los pies colgando en el agua mientras esperábamos nuestro tagine (el truco es pedirlo antes de la caminata). La subida a las siete cascadas no es difícil si vas con calma, pero lleva buen calzado porque las piedras se vuelven resbaladizas por el rocío. Los locales venden zumo de naranja natural en el camino, y los niños se bañan en las pequeñas pozas bajo las cascadas. Recuerdo meter las manos; incluso en verano, el agua está helada.
¡Sí! El viaje es cómodo, hay paseos fáciles y la mayoría de los lugares son accesibles con cochecito. Solo hay que tener cuidado con los niños cerca del río o en las piedras resbaladizas junto a las cascadas.
Lo mejor son zapatos cómodos con buen agarre para la caminata cerca de las cascadas de Setti Fatma. Lleva protector solar, gorra y quizá una chaqueta ligera, porque el aire de la montaña puede refrescar incluso en verano.
Sí, hay WiFi a bordo durante el transporte entre paradas para que puedas compartir fotos o consultar mapas en el camino.
No incluye comidas, pero en Setti Fatma hay muchos cafés junto al río donde puedes pedir platos típicos como tagine o pescado a la parrilla.
Tendrás WiFi durante el trayecto y nuestros guías conocen los mejores sitios locales, desde puestos del mercado hasta cafés junto al río. Se admiten animales de servicio y podemos acomodar cochecitos para los más pequeños.
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