Caminarás con nómadas, dormirás bajo las estrellas del Sahara y verás de cerca las dunas más salvajes de Marruecos. Este trekking es para desacelerar, compartir momentos simples y vivir el desierto, aunque sea solo por unos días.
Los camellos gruñían suavemente mientras cargábamos justo después del amanecer, el aire aún fresco y un poco polvoriento. Nuestro guía, Youssef, repartió pañuelos y nos enseñó a cubrirnos del viento. Los primeros pasos se sentían irreales, la arena crujía bajo los pies y el horizonte se abría infinito. Caminar aquí tiene su propio ritmo; empiezas a notar cómo tu respiración se sincroniza con el lento vaivén de la caravana. De vez en cuando, pasábamos junto a una acacia solitaria o veíamos pequeños lagartos correr entre las rocas. Al mediodía, parábamos a la sombra para tomar té de menta y pan fresco—la comida sencilla sabe diferente cuando has caminado con hambre.
Las noches en el bivouac eran otra historia. El equipo montaba el campamento mientras observábamos el cielo pasar de rosa a un azul profundo. La cena siempre era contundente—tagine burbujeando sobre las brasas, risas mezcladas con el crepitar de la leña. Recuerdo recostarme en mi colchón, envuelto en una manta gruesa, escuchando solo el viento. El tercer día, subir las dunas de Chegaga al atardecer fue como llegar a otro planeta. Arena por todos lados, dorada y naranja, y ningún sonido más que nuestras voces rebotando en las pendientes.
La última mañana, llegó un 4x4 por nosotros—de repente el trekking terminó en horas en vez de días. De vuelta en el campamento, una ducha caliente se sentía como un lujo. Compartimos una última comida antes de despedirnos, con la arena aún pegada a los zapatos y en la memoria.
Debes sentirte cómodo caminando unas 5 horas diarias sobre arena y terreno irregular. No es una carrera—el ritmo es tranquilo—pero algo de resistencia ayuda.
Las duchas solo están disponibles en el bivouac el último día. Durante el trekking usamos el agua con moderación y nos enfocamos en la vida sencilla del desierto.
Sí, todas las comidas están incluidas. Avísanos tus necesidades al reservar y haremos lo posible por adaptarnos con ingredientes locales.
Si tienes salud moderada y te gusta caminar al aire libre, estarás bien. Los guías son pacientes y ayudan a que todos se sientan cómodos.
Tu transporte privado desde el inicio hasta el final está incluido. Proveemos todas las tiendas, colchones, mantas y equipo de cocina—además de agua embotellada, snacks y todas las comidas (desayuno, almuerzo, cena). Siempre hay café y té marroquí. Solo trae tu espíritu aventurero—y quizás un par de calcetines extra.
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