Recorre en quad los senderos desérticos y palmerales de Marrakech con un guía local, y detente a compartir un té marroquí en casa de una familia bereber. Risas con los controles, viento en la cara y momentos auténticos alrededor del dulce té de menta antes de volver a la ciudad.
¿Alguna vez te has preguntado a qué huele el desierto a las afueras de Marrakech? Yo tampoco lo había pensado mucho hasta que conocimos a Youssef, nuestro guía, que nos entregó cascos con un leve aroma a polvo y aceite de motor. La mañana estaba fresca — no fría, pero lo suficiente para abrocharme la chaqueta antes de acercarnos a los quads. Dudé un poco con los controles (la verdad, estaba nervioso), pero Youssef sonrió y dijo algo en darija que hizo reír a todos. Tenía esa habilidad de hacerte sentir que equivocarte era parte de la diversión.
Nos lanzamos al desierto — bueno, “lanzamos” es mucho decir; empecé despacio, saltando sobre lechos secos de ríos con la concentración que uno tiene al aprender a montar en bici de niño. El paisaje alrededor de Marrakech es áspero y abierto, con palmeras que aparecen en sitios inesperados y colinas volcánicas bajas que, con la luz adecuada, parecen casi moradas. Hubo un momento en que paramos junto a un grupo de palmas salvajes y solo se oía el viento y voces lejanas de un pueblo — un silencio absoluto comparado con el caos de la ciudad. Mis manos vibraban del agarre al manillar.
No esperaba que nos invitaran a tomar té en casa de alguien a mitad del camino. Aparcamos junto a una casita donde una mujer mayor nos hizo señas para entrar (ojalá recordara su nombre). Ella sirvió té de menta en vasitos pequeños — muy dulce, casi como jarabe — y había pan plano con aceite de oliva. El aroma me recordó de forma extraña a la cocina de mi abuela en casa. Intentamos conversar, pero en su mayoría solo nos sonreíamos; de algún modo, eso bastaba. Después de eso, volver a subir al quad se sintió distinto — ¿más ligero tal vez? O quizás solo era el subidón de azúcar.
Sí, la recogida y devolución en hotel están incluidas o se coordina en el punto más cercano accesible en vehículo.
No se requiere experiencia previa; antes de empezar te dan una orientación de seguridad.
Debes tener al menos 16 años para conducir (con permiso firmado de los padres); menores de 16 pueden ir como pasajeros con autorización firmada.
Se aconsejan zapatos cerrados y pantalones largos para mayor seguridad y comodidad.
Se ofrece agua embotellada, té marroquí y snacks durante la parada en casa de una familia local.
El grupo se limita a cinco viajeros por guía para una experiencia más personalizada.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
No se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna debido al terreno irregular.
Tu día incluye recogida y devolución en hotel (o encuentro en un punto accesible), uso de quad con casco y gafas proporcionados por tu guía profesional, agua embotellada durante el recorrido, además de té marroquí y snacks compartidos con una familia local antes de regresar a Marrakech.
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