Si buscas relajarte de verdad en Marruecos, no solo un día de spa más, este combo de hammam y masaje vale la pena. Incluye transporte privado, tratamientos auténticos con productos locales y te dejará ligero por dentro y por fuera.
Lo primero que noté al entrar fue ese calor suave, como un abrazo cálido después del aire seco de afuera. Nuestro conductor nos recogió puntual, charlando sobre sus lugares favoritos para tomar té de menta mientras cruzábamos el tráfico de la ciudad al atardecer. Al llegar al hammam, un aroma terroso a jabón de aceite de oliva mezclado con algo floral—¿azahar tal vez?—llenaba el ambiente. Era una sensación nueva pero familiar al mismo tiempo.
Sentado en la sala de vapor, se escuchaba el goteo del agua detrás de los azulejos. Cerca, había cubos con agua caliente y fría; vi a un asistente local moverlos con destreza, casi como si fuera una danza. El jabón negro se aplicaba frío y resbaladizo, seguido por la arcilla ghassoul—suave, un poco arenosa, pero reconfortante al calentarse sobre la piel. Mi guía me contó que esta arcilla viene del Atlas y se usa desde siempre para limpiar y suavizar la piel. Al enjuagarme, sentí los brazos más ligeros, como si el vapor se hubiera llevado la mitad de mis preocupaciones.
El masaje bereber empezó con un baño de pies en agua tibia con hierbas; pude distinguir romero y quizás tomillo silvestre. El masajista trabajaba despacio, desde los pies hasta los hombros, usando aceite de argán prensado localmente, con la presión justa para aliviar tensiones sin incomodarme. Aquí no hay prisa; se pierde la noción del tiempo. Al terminar, mi piel estaba más suave que en años—casi como la de un bebé—y esa calma me acompañó mucho después de salir.
Sí, el transporte privado ida y vuelta está incluido desde tu alojamiento o punto de encuentro en Marrakech.
Los bebés y niños pequeños son bienvenidos; se permiten cochecitos y sillas de paseo, y hay asientos para bebés si los necesitas.
Los productos son 100% naturales (jabón de oliva, arcilla ghassoul, aceite de argán), pero avisa al terapeuta sobre alergias o sensibilidades antes de empezar.
El hammam y masaje duran unas dos horas, sin contar el tiempo de traslado.
Tu reserva incluye transporte privado desde y hacia tu hotel o riad en Marrakech, todos los tratamientos del spa (ritual tradicional con jabón negro y envoltura de ghassoul), masaje bereber con aceite de argán local, y uso de toallas y comodidades. Solo trae ganas de relajarte—y quizás un cambio de ropa para después.
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