Únete a la Chef Khmisa y Kawtar en la medina de Marrakech para una clase práctica de cocina marroquí: primero compras especias en el mercado local y luego preparas platos tradicionales mientras disfrutas de té de menta en su cocina. Risas, sabores nuevos y un ritmo tranquilo para vivir la auténtica hospitalidad marroquí.
“¿Quieres probar las aceitunas?” Kawtar me sonrió, ya sabiendo la respuesta. El zoco estaba lleno de voces, un bullicio que, de alguna forma, tenía sentido una vez que te sumergías en él. Perdía de vista a la Chef Khmisa mientras se movía entre los puestos — conocía a cada vendedor por su nombre, y ellos la saludaban como a una vieja amiga. El aire olía a comino y a algo dulce que no lograba identificar (¿quizás azahar?). Intenté decir ‘shukran’ a uno de los vendedores de especias. Li se rió cuando lo intenté — seguro que mi acento era un desastre.
De vuelta en la casa de Khmisa, que se sentía más como un hogar que como un “taller”, nos sentamos alrededor de su mesa y servimos té de menta. Nos enseñó a prepararlo bien — hay un pequeño movimiento de muñeca al final que, según ella, marca la diferencia. Hablamos de lo que íbamos a cocinar: tajine (por supuesto), un par de ensaladas y un postre llamado pastilla de leche que todavía me viene a la mente. No había prisa; la luz de la tarde entraba en diagonal por las ventanas con dibujos mientras picábamos hierbas y discutíamos suavemente cuánto pimentón es demasiado (respuesta: nunca es demasiado).
Me gustó que nada se sintiera preparado o apresurado. Kawtar traducía los chistes entre nosotros y Khmisa, pero la verdad es que solo con ver sus manos se entendía todo — años de experiencia en cada gesto. La cocina olía a canela y verduras asadas cuando nos sentamos a comer lo que habíamos preparado. Comer juntos no se sentía como una clase, sino como ser invitados a la mesa de una familia. Es difícil explicarlo si no has estado, pero se queda contigo después de irte — los colores, las risas que rebotan en las paredes de azulejos.
Sí, hay opciones vegetarianas y veganas disponibles durante la clase.
La clase se lleva a cabo en la casa tradicional de la Chef Khmisa, en la medina de Marrakech.
Sí, después de cocinar juntos disfrutarás de un almuerzo con todos los platos preparados.
Sí, caminarás con la Chef Khmisa por un zoco poco turístico para comprar ingredientes frescos antes de cocinar.
Sí, se ofrecen sesiones privadas bajo petición; contacta directamente para más detalles.
No se menciona recogida en hotel; los participantes se encuentran en la casa de Khmisa en la medina.
Sí, pueden participar bebés y niños pequeños; se aceptan cochecitos o carriolas.
Los anfitriones hablan francés e inglés con fluidez.
Tu día incluye un paseo guiado por el animado mercado local de Marrakech para comprar ingredientes frescos con la Chef Khmisa y Kawtar, seguido de una clase práctica de cocina marroquí en su casa de la medina—con té de menta tradicional al llegar y un almuerzo completo con todo lo que prepares antes de volver a la ciudad.
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