Recorre las colinas rocosas de Agafay al caer la luz, acompañado por guías locales que conocen cada rincón. Prueba el dulce té de menta y comparte una cena bereber bajo el cielo abierto mientras el sol se esconde tras Marrakech. Un silencio inesperado que se queda contigo.
“Vas a parecer ridículo con esto,” sonrió Youssef mientras me entregaba el pañuelo azul. Intenté ponérmelo como nos enseñó, pero no hubo manera; él lo arregló con un movimiento rápido y experto. El trayecto desde Marrakech duró unos 45 minutos, pero al llegar a Agafay todo cambió: el ruido de la ciudad dio paso al crujir de las piedras bajo los pies y a esa inmensidad seca que no es el Sahara, pero se siente igual de infinita. Nuestros camellos esperaban cerca, masticando tranquilos, con sus sombras alargándose mientras el sol empezaba a caer.
El paseo en camello fue más lento de lo que imaginaba — un vaivén suave, casi hipnótico. Al principio pensé que me iba a caer (no pasa), pero luego me dejé llevar por el ritmo. El aire olía a polvo dulce, quizás de hierbas silvestres o de alguien preparando té a lo lejos. Youssef señalaba cómo las colinas atrapaban la luz — no son dunas de arena, sino formas suaves que se vuelven doradas al atardecer. Nos contó historias de familias bereberes que viven cerca; su voz se fue haciendo más baja a medida que oscurecía.
No esperaba que el silencio fuera tan profundo cuando paramos — solo unas pocas voces, risas lejanas de otro grupo, y luego nada más que el viento. Nos sentamos en cojines bajos mientras alguien servía té de menta desde bien alto (intenté no derramar el mío). La cena fue sencilla pero deliciosa — pan aún tibio, tagine cargado de especias. Hubo un momento en que todos nos quedamos mirando el cielo tornarse rosa detrás de esas colinas pedregosas. A veces todavía recuerdo esa vista cuando estoy en lugares ruidosos.
El desierto de Agafay está a unos 45 minutos en coche al sureste de Marrakech.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar y viajar en cochecito o silla de paseo.
Incluye recogida, transporte con aire acondicionado, conductor/guía local, ropa bereber, paseo en camello de una hora, té y cena.
No se requiere condición física especial; es apto para todos los niveles.
Sí, la cena y el tradicional té de menta están incluidos.
Tu noche comienza con recogida en hotel en un vehículo con aire acondicionado desde Marrakech con tu guía local. Recibirás ropa bereber para usar en las fotos o para mayor comodidad durante la hora que dure el paseo en camello por el desierto de Agafay al atardecer. Después, disfruta de un dulce té de menta y una cena bereber sencilla antes de regresar a la ciudad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?