Desde Marrakech te adentrarás en las montañas del Atlas para una excursión llena de colores y texturas: compartir té en una casa bereber, probar aceite de argán fresco, subir a las cascadas de Setti Fatma con un guía local y relajarte con un almuerzo junto al río antes de regresar — con más recuerdos de los que imaginas.
Lo primero que recuerdo es el color — ese polvo rojo suave en el camino al salir de Marrakech, con las montañas del Atlas asomándose poco a poco por la ventana. Nuestro conductor, Youssef, tenía esa manera sencilla de señalar cosas sin que pareciera una clase. “Árboles de argán,” dijo una vez, señalando un grupo de verdes desordenados. Antes solo había visto el aceite de argán en botellas elegantes; aquí olía a nuez y era auténtico cuando paramos en una cooperativa de mujeres. Las señoras se reían cuando intenté decir “shukran” bien — seguro que lo dije mal, pero igual me sonrieron.
Visitamos Dar Zite, una casa tradicional bereber escondida en el valle. Las paredes estaban frescas por dentro, casi como una cueva contra el calor del mediodía. Nos mostraron cómo hacen el aceite de argán a mano — moliendo y prensando con esas piedras antiguas. Probé pan recién hecho mojado en aceite y miel (dedos pegajosos por el resto de la mañana). Todo estaba en silencio salvo por los pájaros afuera y la radio de alguien sonando algo suave en amazigh. No sé por qué, pero ese momento se quedó conmigo más que cualquier foto.
Setti Fatma estaba más animado de lo que esperaba — familias haciendo picnic junto al río, niños chapoteando con los pies. Nuestro guía nos llevó hacia las cascadas (no voy a mentir, algunas partes eran más empinadas de lo que mis piernas querían). Pero llegar a esa poza arriba — el frescor en la cara, el sol filtrándose entre hojas mojadas — fue una sensación que no esperaba. El almuerzo fue justo al lado del río: un tagine burbujeando mientras veíamos a la gente cruzar esos puentes de madera tambaleantes. De vuelta a Marrakech no paraba de pensar en todos esos pequeños momentos que se fueron acumulando. ¿Sabes cuando dejas un lugar y ya lo extrañas? Algo así.
Son unos 60 km desde Marrakech hasta el Valle de Ourika, aproximadamente una hora de viaje en cada dirección.
Si eliges esa opción al reservar, el almuerzo junto al río está incluido.
La caminata tiene tramos empinados pero es apta para la mayoría; no se recomienda para personas con problemas cardiovasculares o ciertas condiciones.
Sí, pararás en Dar Zite, una casa tradicional bereber donde aprenderás sobre la vida local y sus productos.
Sí, el tour incluye recogida y regreso a tu hotel en Marrakech.
Son famosas por sus cascadas rodeadas de vegetación, perfectas para fotos y refrescarse tras la caminata.
Sí, se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
Tu día incluye recogida y regreso a tu hotel en Marrakech, transporte con conductor profesional (con seguro), caminata guiada a las cascadas de Setti Fatma con guía local, visitas gratuitas a una casa bereber y a la cooperativa de mujeres productoras de aceite de argán (con degustaciones), agua embotellada por la mañana y, si eliges esa opción, un almuerzo marroquí junto al río antes de regresar por la tarde.
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