Recorre pasos montañosos, explora kasbahs milenarias, comparte un té con locales y descubre dónde se rodaron películas famosas—todo en un día desde Marrakech. Ideal si buscas algo más que la ciudad.
El día empezó temprano, cuando la ciudad apenas despertaba y dejamos atrás Marrakech. La carretera serpenteaba hacia las montañas del Alto Atlas, y noté que el aire se volvió más fresco, casi crujiente, con un leve aroma a hierbas silvestres. Nuestro conductor, Youssef, que creció en un pueblo cercano, señalaba pequeños detalles: cabras trepando entre las rocas, mujeres con pañuelos de colores vivos camino al mercado. De vez en cuando, pasábamos por un pueblo bereber aferrado a la ladera, con casas de adobe que parecían fundirse con la tierra.
Tras un par de horas y una parada rápida para tomar té de menta (el gato del café intentó robarme una galleta), llegamos a ese tramo rocoso por el valle del Ounila. El camino es irregular—no esperes asfalto liso—pero las vistas son salvajes: acantilados rojos y líneas de sal cruzando el valle. Ait Benhaddou apareció de repente, casi irreal, con sus torres elevándose sobre un lecho seco de río. Cruzamos a pie—los zapatos se llenaron de polvo—y paseamos por el antiguo ksar. Todavía viven algunas familias dentro; una de ellas nos invitó a tomar té. La sala olía a humo de leña y comino.
Almorzamos en un lugar pequeño con vistas a la kasbah—un tagine sencillo, pero la panorámica le daba un sabor especial. Luego seguimos hacia Ouarzazate. Los estudios de cine eran curiosos (muchos objetos antiguos tirados por ahí), y la Kasbah Taourirt te transporta a otra época. Ya por la tarde, la luz se colaba entre las montañas mientras regresábamos a Marrakech por el paso de Tizi n’Tichka. Es un día largo, pero ves tanto—historia, paisajes y la vida real en el camino.
Sí—está pensada para todas las edades. El paseo por Ait Benhaddou es suave, aunque el terreno puede ser irregular en algunos puntos. Avísanos si necesitas apoyo extra o asiento para bebé.
Lo mejor son zapatos cómodos—los caminos de la kasbah son polvorientos y rocosos. Lleva ropa por capas; las mañanas en la montaña pueden ser frescas aunque en Marrakech haga calor.
¡Por supuesto! Haremos varias paradas para fotos, especialmente en miradores y dentro de Ait Benhaddou.
El almuerzo no está incluido, pero pararemos en un restaurante local con buenas vistas y precios accesibles.
Tu transporte incluye recogida y regreso a tu hotel o riad en Marrakech, vehículo con aire acondicionado para mayor comodidad en las montañas, y un conductor profesional que conoce todas las historias locales. Si viajas con niños pequeños, solo avísanos—también tenemos asientos para bebés.
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