Recorrerás las antiguas ruinas romanas de Volubilis, respirarás el aire a menta en las callejuelas de Moulay Idriss y sentirás la historia imperial de Meknes cobrar vida, todo con un guía local y recogida cómoda en tu hotel. Prepárate para pequeñas sorpresas (y alguna que otra risa) en el camino; momentos que recordarás mucho después de volver a Fez.
Lo primero que noté fue la sensación de las piedras de Volubilis bajo mis zapatos: frescas y algo irregulares, como si hubieran esperado siglos a que alguien volviera a caminar sobre ellas. Nuestro guía, Youssef, tenía esa forma tranquila de señalar detalles que yo habría pasado por alto: un mosaico desvaído aquí, el aroma del tomillo silvestre aplastado entre las rocas. Nos contó que los locales aún la llaman Oualili, un nombre que suena más suave de alguna manera. Intenté decirlo y él me sonrió; supongo que mi acento es imposible.
Después llegó Moulay Idriss, encaramado en sus colinas con esas puertas verde pálido y paredes encaladas que casi brillaban con la luz de la mañana. Un anciano vendía menta junto a la entrada; me ofreció una ramita solo porque parecía curioso (olía a la vez fuerte y dulce). La ciudad se sentía sagrada pero viva: niños corriendo junto a las fuentes, mujeres charlando cerca del mausoleo. Youssef nos explicó por qué la gente viene aquí en peregrinación, pero yo simplemente disfrutaba del tranquilo murmullo de la vida cotidiana.
Meknes fue la sorpresa mayor. Las puertas de la ciudad son enormes, como sacadas de un cuento, y la energía de la medina es distinta a la de Fez. Paseamos por callejones estrechos donde se escuchaba el golpeteo de los herreros tras puertas azules. El almuerzo fue sencillo pero delicioso: pan recién horneado y aceitunas tan saladas que no podía dejar de probar más. No esperaba reír tanto con nuestro conductor por mis intentos de hablar árabe marroquí (dijo que sonaba como su primo de Tánger; ni idea si eso es bueno o malo).
Al final de la tarde regresábamos a Fez, cansados pero con esa sensación de plenitud que da visitar lugares que no caben en fotos ni palabras. Hay algo especial en estar donde estuvieron los romanos o ver cómo la luz toca los tejados de Moulay Idriss que se queda contigo; a veces aún recuerdo esa vista cuando el día a día se vuelve demasiado agitado en casa.
La salida es alrededor de las 9 de la mañana y el regreso a Fez sobre las 5 de la tarde.
Sí, se incluye la recogida en tu riad o hotel en Fez.
Visitarás las ruinas romanas de Volubilis, la ciudad de Moulay Idriss y Meknes.
Sí, contarás con un conductor profesional que también actúa como guía local en todo el recorrido.
La descripción no menciona que las entradas ni el almuerzo estén incluidos.
Se trata de un tour privado para grupos pequeños.
Se requiere pasaporte válido el día del viaje para todos los participantes.
El tour es apto para todos los niveles físicos; si es necesario, hay asientos para bebés disponibles.
Tu día incluye transporte privado en minivan con aire acondicionado, recogida y regreso a tu riad o hotel en Fez, además de un conductor profesional que también será tu guía local en cada parada — desde Volubilis hasta Moulay Idriss y Meknes — para volver cómodamente a Fez por la tarde.
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