Recorrerás mercados bereberes animados (si es lunes), aprenderás cómo las mujeres locales elaboran el auténtico aceite de argán, caminarás con un guía amable por las Montañas del Atlas y compartirás un almuerzo junto al río—todo en un solo día desde Marrakech.
La furgoneta nos recogió justo después de las 9, lo suficientemente temprano para ver cómo la ciudad despertaba, pero sin llegar a estar somnolientos. Al dejar atrás Marrakech, el aire se volvió más fresco y olía ligeramente a eucalipto. Nuestro guía, Youssef, nos habló de las tradiciones bereberes mientras señalaba pequeños puestos a la orilla del camino que vendían naranjas y pan recién hecho. Los lunes son especiales aquí; si tienes la suerte de venir ese día, verás el mercado semanal bereber en pleno apogeo. Es ruidoso, un poco caótico, con locales regateando por todo, desde menta hasta cestas tejidas. Tomé un puñado de nueces de una anciana que sonrió sin decir palabra.
La siguiente parada fue la cooperativa femenina de aceite de argán. Puedes ver cómo las mujeres parten las nueces de argán a mano; se escucha un suave golpeteo que llena la habitación. El aroma es a nuez y tierra, nada parecido a lo que encuentras en botellas en casa. Nos dejaron probar un poco de aceite sobre pan caliente; sinceramente, sabía más intenso de lo que esperaba. Si quieres llevarte algo auténtico, aquí sabes que es genuino, sin trampas para turistas.
Al mediodía llegamos al pueblo de Setti Fatma, justo al pie de las Montañas del Atlas. Un guía local llamado Hassan nos esperaba para una caminata corta por senderos rocosos junto a arroyos de agua rápida—¡cuidado con las piedras, algunas resbalan! El aire de la montaña era fresco y puro, aunque Marrakech había estado cálida esa mañana. Después de abrir el apetito, nos sentamos a almorzar en un sencillo restaurante a la orilla del río: tagine burbujeando y té de menta dulce servido en vasos altos. Hay algo especial en comer al aire libre, con los zapatos fuera y los pies casi tocando el agua, que hace que la comida sepa mejor.
¡Sí! La caminata no es muy exigente y nuestros guías ayudan a todos durante el recorrido. Solo avísanos si tienes alguna preocupación o necesitas apoyo extra.
Por supuesto—visitarás una cooperativa de mujeres donde lo elaboran frente a ti. Es fresco y genuino.
Lo mejor son zapatos cómodos para caminar (las piedras pueden estar resbaladizas). Lleva ropa en capas, ya que en la montaña puede hacer más frío que en Marrakech, y algo de efectivo para comprar snacks o recuerdos en el mercado.
Tu día incluye recogida y regreso a tu hotel o riad en el centro de Marrakech (a veces hay una breve caminata si estás dentro de la Medina), guías locales amables que hablan inglés, agua embotellada para mantenerte hidratado, café o té de menta durante las pausas, además de un almuerzo en un lugar junto al río en Setti Fatma. Hay opciones vegetarianas disponibles—solo avísanos con anticipación.
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