Si quieres total libertad para explorar Chefchaouen pero sin renunciar a un transporte cómodo y consejos locales, esta excursión compartida es perfecta. Tendrás tiempo de sobra en la ciudad azul sin preocuparte por horarios ni perderte rincones escondidos.
La mañana empezó temprano: nuestro conductor llegó puntualmente frente a nuestro riad en Fez, y, para ser sincero, esa primera taza de té de menta aún no había hecho efecto. La furgoneta estaba impecable y fresca por dentro, lo que se agradecía porque el sol ya calentaba las calles de la ciudad. Dejamos las maletas, nos sentamos junto a la ventana y partimos hacia las afueras de Fez. El trayecto me sorprendió: un momento pasábamos entre olivares, y al siguiente, colinas onduladas salpicadas de ovejas y pequeños puestos de fruta al borde del camino. Nuestro conductor nos contó sobre sus paradas favoritas en el camino; incluso señaló una panadería donde los locales compran msemen fresco para desayunar.
Ver por primera vez las paredes azules de Chefchaouen fue algo especial. El color está por todas partes: en puertas, escalones e incluso en macetas colgadas de los balcones. Se huele el pan recién horneado mientras te adentras en la medina, y si prestas atención, escucharás a los tenderos saludándose en darija. Tuvimos horas para pasear a nuestro ritmo, sin guía que nos apurara, lo que significó tiempo para entrar en pequeñas tiendas que venden mantas tejidas o simplemente sentarnos junto al río Ras Elma con una soda fría. Nuestro conductor nos dio algunos consejos antes de separarnos: no te pierdas la vista desde la Mezquita Española al atardecer (si te animas a subir), y prueba el queso de cabra que vende una anciana cerca de la Plaza Uta el-Hammam.
Más tarde, por la tarde, llegamos a las Cascadas, un lugar tranquilo donde los locales vienen a refrescarse. Algunos se mojaban los pies; otros se sentaban en las rocas viendo a los niños chapotear. Es un remanso de paz, lejos del bullicio de la plaza principal. Cuando llegó la hora de regresar, nos encontramos en el punto acordado (fácil de localizar gracias a las indicaciones de nuestro conductor). El viaje de vuelta fue más silencioso: cada uno perdido en sus pensamientos tras un día completo recorriendo callejones azules y probando bocados callejeros.
No hay un guía oficial que te acompañe en Chefchaouen, pero tu conductor conoce bien la zona y puede compartir consejos locales o sugerirte lugares para visitar.
¡Sí! Puedes decidir a qué hora salir de Fez y cuándo regresar; el horario es flexible según las necesidades de tu grupo.
Por supuesto: hay asientos para bebés disponibles si los necesitas, y los cochecitos caben fácilmente en el vehículo. Los caminos en Chefchaouen son aptos para cochecitos en la mayoría de las zonas.
Te recomiendo calzado cómodo para caminar por la ciudad, protector solar (el sol puede ser fuerte), algo de efectivo para snacks o souvenirs, y quizás una chaqueta ligera si vas en primavera u otoño, ya que puede refrescar en las colinas.
Tu transporte incluye traslado privado entre Fez y Chefchaouen (vehículo con aire acondicionado), todas las tasas y cargos están cubiertos, además de asientos para bebés si los necesitas. Solo preocúpate por disfrutar; la logística está resuelta.
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