Si quieres cambiar el caos de la ciudad por la inmensidad del desierto y momentos auténticos, este tour es para ti. Monta en camello y quad, disfruta del té de menta con bereberes y descubre el lado salvaje de Agafay, a un paso de Marrakech.
La ciudad quedó atrás mientras nos adentrábamos en el desierto de Agafay, a un paso de Marrakech, pero parecía otro mundo. El aire se volvió más seco y el ruido urbano desapareció. Nuestro guía, Youssef, nos entregó unas sueltas djellabas bereberes y un pañuelo que nos pusimos encima de la ropa. Es curioso cómo con solo cambiar la ropa ya te sientes parte del lugar.
Los camellos estaban tranquilos, mascando sin prestarnos mucha atención. Subir es un poco torpe al principio, pero el vaivén lento mientras avanzábamos por el terreno rocoso resultaba sorprendentemente relajante. Se olía la menta y el polvo en el aire, y lo único que se escuchaba era el viento y el suave tintinear de los arreos. Youssef señaló las montañas del Atlas a lo lejos, con nieve en las cumbres, aunque aquí hacía calor.
De vuelta en la base de los quads, nos dieron una breve explicación para manejar los ATV, nada complicado, pero se aseguraron de que todos estuviéramos cómodos antes de salir. Al arrancar, fue pura libertad. El sol comenzaba a ponerse, tiñendo todo de dorado y rosa. Paramos en una pequeña tienda nómada para tomar té de menta con una familia local. El té, dulce y caliente, se servía en vasitos altos, y recuerdo cómo el vapor se elevaba en el aire fresco. Es uno de esos momentos que quieres congelar en el tiempo.
Hicimos fotos en los mejores rincones—la verdad, querrás pruebas de que estuviste allí—y terminamos el paseo justo cuando caía el crepúsculo. El desierto se siente inmenso a esa hora, pero también acogedor. De regreso en la base, con las manos polvorientas y el corazón lleno, me di cuenta de lo cerca que está este lugar salvaje de Marrakech y lo distinto que se siente.
¡Sí! Los guías dan una pequeña clase antes de empezar a conducir. No necesitas experiencia, solo ganas de aventura.
Lo mejor es ropa cómoda. Durante el paseo en camello te darán ropa tradicional bereber para ponerte encima. Es recomendable llevar calzado cerrado.
La edad mínima suele ser 16 años para conducir. Los niños más pequeños pueden ir como pasajeros con un adulto, solo pregunta al reservar.
¡Claro! Hay una pausa para tomar té en una tienda nómada o con una familia bereber en su pueblo. Es una oportunidad real para charlar y conectar.
Te proporcionamos casco, gafas y guantes en la base. El viaje incluye transporte desde Marrakech en vehículo con aire acondicionado, además de la inolvidable pausa para el té marroquí en tienda nómada o pueblo local. Solo necesitas tu cámara y ganas de descubrir.
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