Vive la energía salvaje de Agafay mientras recorres sus terrenos rocosos en quad cerca de Marrakech, luego relájate sobre un camello escuchando historias al atardecer. Termina con una cena bajo faroles, música en vivo y risas antes de volver — una experiencia que se queda contigo mucho tiempo.
¿Conoces esa sensación cuando bajas de la furgoneta y el aire se siente... diferente? Así fue Agafay para mí: no arena como imaginaba, sino piedras ásperas que se extienden bajo un cielo enorme y abierto. Nuestro guía, Youssef, nos entregó los cascos con una sonrisa que parecía esconder un secreto. Las quads estaban alineadas, los motores ya rugiendo un poco. La verdad, estaba nervioso (la última vez que monté algo con motor fue un cortacésped), pero al arrancar me sentí sorprendentemente libre — el polvo levantándose detrás, el viento picando mis mejillas. Mi amigo intentó competir con Youssef y perdió por mucho; él solo se rió y señaló unas tiendas lejanas. Podía oler tierra seca y algo dulce de un arbusto cercano — ¿quizá tomillo?
Después del quad, cambiamos ruedas por pezuñas — bueno, algo así. Los camellos son más altos de lo que piensas cuando te subes a uno. El hombre que guiaba el nuestro (creo que se llamaba Hassan) me enseñó cómo sentarme para no resbalar cuando el camello se levantara. Los llamó “los barcos del desierto” y nos contó historias de su abuelo cruzando estas mismas colinas. El ritmo del camello era casi hipnótico; empiezas a entender por qué la gente viajaba así. El sol bajó y todo se volvió dorado por un minuto o dos — esa luz aún me viene a la mente.
La cena fue alrededor de mesas bajas bajo lonas extendidas, con faroles que parpadeaban con la brisa. Había música — principalmente tambores — y un par de bailarines que nos invitaron a levantarnos antes del postre (yo no soy mucho de bailar, pero todos animaron igual). La comida era rica y reconfortante; especias que quedaron en mi boca mucho después de terminar. En un momento, alguien empezó a cantar viejas canciones bereberes y aunque no entendía las palabras, sentí que formaba parte de algo más grande que una simple excursión desde Marrakech.
El desierto de Agafay está a unos 40 minutos en coche desde Marrakech.
Sí, incluye traslados de ida y vuelta desde tu alojamiento.
El paseo en quad dura aproximadamente 1 hora.
El paseo en camello dura unos 20 minutos.
Sí, después de las actividades se ofrece cena con entretenimiento.
Sí, hay entretenimiento en vivo durante la cena en el campamento del desierto.
Los bebés pueden participar, pero deben ir en el regazo de un adulto durante el traslado.
No, no se recomienda para personas con lesiones de columna ni para embarazadas.
Tu noche incluye recogida y regreso a tu hotel en Marrakech, una hora en quad por el terreno rocoso de Agafay con todo el equipo, un paseo guiado en camello de 20 minutos al atardecer (con ayuda para subir si la necesitas), y una cena completa bajo tiendas de lona con música en vivo y baile antes de volver a la ciudad.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?