Montarás camellos con atuendo nómada, recorrerás senderos en quad y compartirás una cena bereber tradicional bajo las estrellas—con recogida en hotel incluida. Si buscas una aventura auténtica marroquí más allá del bullicio de Marrakech, esta es tu experiencia.
Lo primero que sentí al bajar de la furgoneta fue ese aroma seco y terroso del desierto de Agafay, nada que ver con el aire de Marrakech. Nuestro guía, Youssef, nos entregó unos pañuelos azules claros de nómadas y nos enseñó a envolverlos en la cabeza. Al principio me pareció un poco raro, pero la verdad es que luego me ayudó a no tragar arena mientras avanzábamos. Los camellos estaban cerca, masticando tranquilamente hierba seca. Subirse fue más fácil de lo que esperaba, aunque el primer movimiento brusco del camello casi me hace caer el móvil.
Después de un lento vaivén entre las dunas rocosas, cambiamos las monturas por los quads. El rugido del motor resonaba entre las colinas mientras seguíamos a nuestro guía por un sendero polvoriento. En un momento, un niño de un pueblo cercano nos saludó desde su bici; seguro que ha visto cientos de grupos como el nuestro, pero igual sonreía de oreja a oreja. Paramos en una cresta justo cuando el sol empezaba a bajar, tiñendo todo de tonos dorados y rosas. El frío llegó rápido y me alegré de tener el pañuelo.
De vuelta en el campamento, las linternas parpadeaban bajo una gran tienda bereber. La cena empezó con una ensalada fresca y pan calentito—la verdad, podría haberme quedado con eso—pero luego llegó el tajine de pollo, humeante en su olla de barro. También hubo música en vivo; dos chicos tocaban tambores y cantaban en amazigh mientras tomábamos té de menta. Cuando llegó el postre (naranjas dulces y dátiles), el cielo ya estaba lleno de estrellas. Recuerdo lo tranquilo que se sentía todo, salvo por risas suaves y el crepitar del fuego.
Sí, está pensado para todos los niveles físicos y contamos con asientos para bebés si los necesitas. Los guías son pacientes y atentos con todos.
Lleva ropa cómoda que no te importe que se ensucie de polvo. Lo mejor son zapatos cerrados para montar camellos y quads. También te darán un pañuelo nómada para ponerte.
El plato principal suele ser tajine de pollo, pero avísanos de tus necesidades al reservar y podemos preparar opciones vegetarianas con tiempo.
El tour dura unas cinco horas incluyendo recogida y regreso. Estarás de vuelta en Marrakech ya de noche.
Incluye recogida y regreso al hotel en minivan o minibús con aire acondicionado, todo el equipo para quad, paseo en camello con vestimenta nómada, agua embotellada y refrescos, además de una cena marroquí completa con ensalada, tajine, fruta y té de menta—todo bajo una tienda bereber en el desierto.
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