Montarás en camello al atardecer por el desierto rocoso de Agafay, conocerás el aceite de argán de la mano de locales y compartirás cena y música alrededor de una hoguera bajo las estrellas. Ideal si buscas una experiencia auténtica, no solo otra parada turística.
Lo primero que noté al salir de Marrakech fue cómo el ruido de la ciudad se desvanecía en un espacio abierto. Nuestro conductor serpenteó por las afueras y pronto el paisaje se volvió rocoso y dorado; nada que ver con las dunas infinitas del Sahara, pero igual de salvaje. Paramos en una pequeña cooperativa de aceite de argán justo a las afueras. El aire olía dulce y a nuez, y Fatima, que lleva el lugar junto a sus hermanas, nos dejó probar a prensar unas semillas. Mis manos quedaron resbalosas por un buen rato después.
En Agafay, los camellos esperaban junto a un muro bajo de piedra. El mío se llamaba Mido y tenía la costumbre de girar la cabeza para verme cada pocos pasos. El sol empezó a esconderse tras las colinas mientras cabalgábamos; ya no hacía tanto calor, solo ese calor seco que se siente al final de la tarde. Nuestro guía Youssef señalaba pequeñas flores silvestres que asomaban entre las rocas, fáciles de pasar por alto si no prestas atención. Al llegar a una cresta, nos pidió parar para sacar fotos. La verdad, solo se escuchaba el suave gruñido de los camellos y alguna risa que venía de otro grupo cercano.
La cena estaba preparada junto a una gran hoguera bajo el cielo abierto. Había faroles por todos lados, proyectando sombras temblorosas sobre nuestros platos. Nos sentamos en cojines bajos mientras músicos tocaban canciones bereberes antiguas; uno incluso me pasó un tambor por un rato (yo era un desastre). La comida llegó en etapas: ensaladas con comino y limón, luego un tagine humeante, y pan recién hecho con un toque ahumado por el fuego. El té de menta apareció justo cuando la noche empezó a refrescar. Antes de volver a Marrakech, recuerdo recostarme y mirar las chispas subir hacia un cielo lleno de estrellas.
¡Sí! Los niños pueden montar camellos con ayuda, y hay asientos para bebés si los necesitas. La cena con espectáculo también es familiar.
Claro, solo avísanos al reservar para preparar opciones vegetarianas para la cena.
El tour dura unas 6 horas incluyendo los traslados desde Marrakech. Volverás a la ciudad ya entrada la noche.
Usa ropa cómoda y zapatos cerrados; estarás al aire libre la mayor parte del tiempo y puede refrescar después del atardecer.
Tu tarde incluye traslados ida y vuelta desde tu hotel en Marrakech en vehículo con aire acondicionado, paseo guiado en camello al atardecer, visita práctica a una cooperativa de aceite de argán, cena marroquí de tres platos (con opción vegetariana), agua embotellada y té de menta, todo con un guía local amable que te acompañará.
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