Viaja de Chefchaouen a Rabat en una furgoneta privada con WiFi y aire acondicionado, recogida en la puerta de tu hotel por un conductor que habla inglés. Puedes hacer paradas espontáneas para un café o té y llegarás directo a tu alojamiento en Rabat sin complicaciones. Un viaje relajado y personal que deja espacio para pequeños momentos en el camino.
Acabábamos de terminar nuestro último té de menta en Chefchaouen cuando nuestro conductor, Youssef, llegó puntual, con una sonrisa amplia y un aire relajado. Nos ayudó a subir las maletas (yo siempre llevo de más) y la furgoneta estaba fresca por dentro, como un pequeño oasis después del sol de la mañana en la ciudad azul. El viaje comenzó tranquilo; veía las colinas pasar y me di cuenta de lo diferente que se ve Marruecos cuando dejas atrás esos callejones pintados.
A la hora de camino, mi pareja preguntó si podíamos parar para un café. Youssef ni se inmutó, solo asintió y señaló una cafetería a la orilla de la carretera que se acercaba. El lugar olía a espresso fuerte y a algo dulce horneándose en algún rincón. Nos sentamos afuera, bebimos despacio y escuchamos a la gente charlar en francés y darija en la mesa de al lado. Fue un alivio no tener prisa, sin horarios apretados de bus o tren encima. Intenté pedir azúcar en árabe; Youssef se rió y me dio una pequeña clase (seguro lo dije fatal).
La autopista hacia Rabat es rápida y cómoda, pero aún así da sensación de espacio: campos abiertos y a veces cabras paseando cerca de la carretera. El WiFi funcionó bien para poner música y revisar mensajes de casa. En un momento apoyé la cabeza en la ventana y me dejé llevar, pensando en lo raro que es dejar un mundo atrás para entrar en otro. El viaje duró unas tres horas en total, quizá un poco más por la parada en la cafetería, pero sinceramente no habría querido saltármela.
Llegar a Rabat fue casi demasiado fácil: directo a la puerta del hotel, sin líos con taxis ni arrastrar maletas entre multitudes. Youssef nos despidió con la mano como si fuéramos viejos amigos. Todavía recuerdo ese instante cuando la ciudad se abrió ante nosotros, silenciosamente emocionante a su manera.
El traslado dura unas 3 horas por la ruta más rápida en autopista.
Sí, la recogida se hace en el lugar que elijas en Chefchaouen.
Sí, puedes pedir paradas para tomar té o café si quieres.
Se utiliza una furgoneta privada de lujo con aire acondicionado.
Sí, el WiFi está disponible a bordo durante todo el traslado.
Se ofrecen asientos especiales para bebés bajo petición.
Los conductores hablan inglés, español, árabe y francés.
El traslado privado funciona 24/7 durante todo el año.
Tu viaje incluye transporte privado en una furgoneta con aire acondicionado y WiFi; recogida en el lugar que elijas en Chefchaouen; llegada directa a tu alojamiento en Rabat; horarios flexibles con paradas opcionales para café o té; conductores que hablan inglés, español, árabe y francés; y asientos para bebés si los necesitas.
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