En este trekking de dos días al Monte Toubkal desde Marrakech, caminarás por los valles del Atlas con guías locales, visitarás pueblos remotos y pasarás una noche en un refugio de montaña antes de alcanzar la cima más alta del norte de África al amanecer. Prepárate para comodidades sencillas, comida auténtica y momentos de conexión que recordarás mucho después de limpiar tus botas.
“¿Ya estamos en la cima?” pregunté, entrecerrando los ojos hacia lo que parecía solo otra roca más. Hassan, nuestro guía, sonrió y negó con la cabeza — “Todavía no, pero lo notarás cuando llegues.” Salimos temprano de Marrakech, la ciudad aún medio dormida, mientras el coche nos llevaba rumbo a Imlil. El aire cambió en cuanto bajamos: fresco, puro, con olor a leña quemada que venía de algún lugar cercano. Recuerdo el crujir de mis botas sobre la grava cuando nos juntamos con el resto del grupo — al principio todos callados, revisando sus mochilas y mirando la montaña que teníamos por delante.
El primer tramo por el valle de Aït Mizane fue más suave de lo que esperaba. Pasamos junto a niños que saludaban desde muros de piedra y mujeres que llevaban cestas perfectamente equilibradas sobre la cabeza — me preguntaba cómo se las arreglarían en estos senderos comparado con nosotros, los de ciudad. Cuando llegamos a Sidi Chamarouch (Hassan lo llamó “el santuario del sultán”), ya sudaba bajo la chaqueta. Allí hay una cascada que se escucha antes de verla — un murmullo bajo mezclado con cencerros de cabras y alguien friendo cebollas para el almuerzo cerca. Paramos a tomar té de menta; la verdad, podría haberme quedado ahí toda la tarde si no fuera por la subida que nos esperaba.
El último tramo hasta el refugio del Toubkal fue más duro — zigzags empinados y piedras sueltas bajo los pies. Mis piernas empezaron a notar cada paso. La cena en el refugio supo a gloria, mejor que cualquier cosa en casa (quizá el hambre es la mejor especia), y todos nos acostamos temprano salvo un chico que no paraba de revisar las baterías de su cámara con la linterna frontal. Las literas eran sencillas pero lo suficientemente cálidas; apenas sentí nada cuando apoyé la cabeza en la almohada.
El día de la cima arrancó en plena oscuridad — solo aire frío y estrellas arriba, botas raspando la roca. Hay un momento cerca de la cima en que miras atrás y ves todo el Alto Atlas extendido, con una luz rosa que va cubriéndolo todo. Es difícil explicarlo sin sonar exagerado, pero sí... a veces recuerdo esa vista cuando estoy atrapado en un atasco o en cualquier tontería. La bajada se me hizo más larga que la subida (mis rodillas lo confirman), pero volver a pasar por esos mismos pueblos se sintió distinto — como si esta vez nos lo hubiéramos ganado de verdad.
El trekking dura dos días, incluyendo el traslado desde Marrakech a Imlil y regreso.
No se requiere experiencia previa en montañismo para esta subida.
Incluye recogida en hotel en Marrakech, transporte a Imlil, guías locales y una noche en el refugio del Toubkal.
La subida es exigente pero accesible para personas con buena forma física moderada.
Se pasa una noche en un refugio de montaña cerca de la base del Toubkal.
Se menciona la cena en el refugio, pero no se especifican todas las comidas incluidas.
Sí, el traslado en vehículo con aire acondicionado entre Marrakech e Imlil está incluido.
No; no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Tu viaje incluye recogida en tu alojamiento en Marrakech en vehículo con aire acondicionado, traslado al pueblo de Imlil donde conocerás a tu equipo de guías locales, trekking guiado por los valles y pueblos del Atlas hasta el refugio del Toubkal para pasar la noche con cena incluida, antes de ascender a la cima al amanecer y regresar a Marrakech por la tarde.
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