Súbete a una moto eléctrica y descubre las calles vibrantes y rincones escondidos de Marrakech a tu ritmo. Es fácil, ecológico y te permite explorar como un local.
Lo primero que noté al subirme a la moto eléctrica fue el silencio que de repente envolvía la ciudad—sin el ruido del motor, solo un suave zumbido mientras pasaba junto a los vendedores de naranjas montando sus puestos. El aire de la mañana traía mezcla de pan recién horneado de una panadería cercana y ese aroma a tierra mojada que solo aparece tras una lluvia ligera. Con los auriculares bien puestos y el cargador guardado, me dirigí hacia Jemaa el-Fnaa, zigzagueando por callejones donde los gatos se colaban entre puertas y los tenderos saludaban con una sonrisa.
El guía nos dio un resumen rápido de las particularidades del tráfico local—cuidado con los burros cerca de Bab Doukkala y reduce la velocidad en el mercado de especias, donde hay mucha gente caminando. Lo mejor fue la libertad de parar donde quisiera; un momento estaba tomando fotos de fuentes con azulejos, y al siguiente, sentado en el Café de France disfrutando un té de menta. Dos horas pasaron volando, pero nunca sentí prisa. Si quieres conocer Marrakech más allá de los típicos lugares turísticos y sin respirar humo, esta es sin duda la mejor forma.
¡Claro! Las motos son muy fáciles de manejar y nuestro equipo te dará una introducción rápida antes de empezar. No necesitas experiencia previa.
En dos horas puedes recorrer la mayoría de los puntos clave en el centro de Marrakech, especialmente la Medina y sus alrededores.
No te preocupes—te damos un cargador rápido con cada alquiler para que puedas recargar si lo necesitas durante el paseo.
Tu alquiler incluye auriculares cómodos para seguridad y un cargador rápido para que nunca te quedes sin batería. Todo listo para un paseo sin complicaciones—solo trae ganas de descubrir.
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