Montarás en camello por el desierto rocoso de Agafay, tomarás té de menta en una tienda bereber y recorrerás valles verdes al pie del Atlas—todo en un solo día. Una mezcla de aventura, cultura y auténtica hospitalidad marroquí.
El sol iluminaba las colinas rocosas del desierto de Agafay cuando salimos de la furgoneta, con el polvo levantándose alrededor de nuestros pies. El aire era seco, pero agradable, y si te fijas bien, se percibe un suave aroma a tomillo silvestre. Nuestro guía, Youssef, nos entregó coloridos pañuelos antes de subirnos a los camellos. Los animales avanzaban pausados, con sus pezuñas crujiendo sobre las piedras. Durante veinte minutos, solo se escuchaba el viento y el suave vaivén sobre el lomo del camello. Después, nos refugiamos en una tienda bereber para tomar té de menta. El té estaba caliente y dulce, mientras risas lejanas llegaban desde un campamento cercano.
Más tarde, nos dirigimos hacia el valle de Ourika. Está a solo una hora de Marrakech, pero parece otro mundo: campos verdes, tierra roja y casas de piedra agrupadas. Paramos en un pequeño pueblo donde los niños nos saludaban desde detrás de higueras. Nuestro guía local nos contó cómo las familias bereberes aún hornean pan en hornos de barro fuera de sus casas. El sendero junto al río era fresco y sombreado, con el sonido del agua mezclado con el canto de los pájaros. Si tienes suerte, podrás oler el tagine recién hecho que sale de alguna cafetería como Chez Brahim.
Al mediodía, las montañas del Atlas aparecieron en todo su esplendor. Sus cumbres aún tenían un poco de nieve, aunque el valle estaba cálido. Hicimos una caminata corta hasta un mirador—es difícil creer lo cerca que están todos estos paisajes de Marrakech. El día se sintió como tres mundos en uno: desierto, valle y montaña. Nuestro conductor compartió historias de su infancia en la zona, lo que hizo la experiencia aún más cercana. Si te gusta la fotografía o simplemente quieres desconectar del ruido de la ciudad, este tour es una opción perfecta.
Sí, los niños pueden participar acompañados de un adulto. Incluso hay asientos especiales para bebés si es necesario.
Lo ideal es ropa cómoda y en capas. El desierto puede ser cálido, pero en la montaña refresca. Un buen calzado para caminar también ayuda.
Por supuesto. Solo avísanos tus necesidades al reservar y nos encargaremos de todo.
El paseo dura unos 20 minutos—suficiente para disfrutar sin cansarte.
Incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado, conductor-guía amable, guía local en el valle, té de menta en tienda bereber y paseo en camello de 20 minutos. Podemos organizar comidas vegetarianas si lo pides con antelación. Solo avísanos cualquier petición especial al reservar.
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