Si buscas algo más que un simple traslado entre Kuala Lumpur y Singapur, este viaje te sumerge en la historia profunda de Malaca: templos ancestrales, fuertes coloniales, mercados vibrantes, todo con un trayecto cómodo y consejos locales en el camino.
Nuestro día comenzó temprano en Kuala Lumpur: maletas listas y ese calor pegajoso de la mañana ya en el aire. Nuestro conductor, el señor Lim, nos recibió en el lobby del hotel con una sonrisa tranquila y una lista de canciones clásicas del pop malasio sonando de fondo mientras partíamos. El viaje fue suave y fresco (gracias a la aire acondicionado), y nos señaló algunos lugares locales para desayunar mientras dejábamos la ciudad atrás.
Al llegar a Malaca, se sentía cómo el ritmo se ralentizaba. Primera parada: Museo y Galería de Arte del Bank Negara Malaysia. Honestamente, nunca había pensado en visitar un museo bancario, pero por dentro es sorprendentemente moderno. Hay un leve aroma a papel antiguo mezclado con madera pulida, y el personal está encantado de charlar si preguntas sobre las exhibiciones.
Nos dirigimos a la Porta de Santiago (A Famosa). Ahora es solo una pequeña puerta, pero parado allí casi puedes imaginar lo enorme que fue la fortaleza en su día. Justo al lado está el Stadthuys, un conjunto de edificios color granate que parecen sacados de otro siglo. La plaza afuera está llena de escolares en excursión y vendedores que ofrecen batidos de coco bien fríos, perfectos para el sol del mediodía.
Luego visitamos la Iglesia de San Pedro, que sigue celebrando misas después de tantos años. El lugar transmite paz; verás a locales encendiendo velas o simplemente sentados en silencio en los bancos. En la colina de San Pablo hay que subir un poco (cuidado si ha llovido), pero la vista de Malaca desde allí vale la pena. Nuestro guía nos contó historias de marineros portugueses y tormentas en el mar; todo se sentía muy real entre esos viejos muros de piedra.
La Iglesia de Cristo es difícil de pasar por alto con sus paredes rojas brillantes. Entramos rápido para echar un vistazo: las vigas de madera en el techo son originales, lo cual impresiona si piensas en cuánto tiempo llevan ahí. La Plaza Holandesa afuera está llena de triciclos decorados con luces de neón y personajes de dibujos animados, que encantan a los niños.
El Templo Cheng Hoon Teng está escondido en Jalan Tokong. El incienso flota en el aire mientras la gente viene a rezar o dejar ofrendas; hay algo muy sereno en observar estos rituales diarios. A poca distancia está la Mezquita Kampung Kling, cuya mezcla de azulejos chinos y tallados hindúes la hace única entre las mezquitas que he visto.
Ningún viaje a Malaca está completo sin pasear por Jonker Street; aunque no sea hora del mercado nocturno, las tiendas están abiertas vendiendo desde monedas antiguas hasta tartas de piña (me llevé unas para después). Los locales dicen que los fines de semana se llena mucho, así que entre semana es más fácil recorrer sin chocar con nadie.
Ya entrada la tarde, estábamos de vuelta en nuestra cómoda furgoneta rumbo al sur hacia Singapur, con los pies cansados pero el corazón contento, y algunos bocados de Jonker Street en mano. La bajada fue sencilla; nuestro conductor se aseguró de que tuviéramos todo antes de despedirse en la puerta de nuestro hotel en Singapur.
El viaje completo suele durar entre 8 y 9 horas, dependiendo del tráfico y del tiempo que dediques a explorar cada lugar en Malaca.
¡Sí! Hay muchos cafés y puestos de comida local a lo largo de Jonker Street donde puedes tomar un almuerzo o un tentempié durante la visita.
No hay problema: los bebés y niños pequeños pueden viajar cómodamente en cochecito o carriola durante toda la excursión.
El tour cubre todos los impuestos, tasas y cargos de gestión; la mayoría de las atracciones mencionadas no requieren entradas adicionales.
Tu traslado privado incluye recogida en cualquier hotel de Kuala Lumpur y bajada en la dirección que elijas en la ciudad de Singapur. Viajarás en un vehículo con aire acondicionado y un conductor que habla inglés y conoce bien los lugares de interés locales. También están incluidos todos los impuestos y cargos de gestión; solo trae tu curiosidad (¡y quizás un paraguas por si llueve!).
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