Comparte historias de vino con locales en una bodega familiar de Skopje, prueba cinco vinos macedonios y dos brandis en una terraza soleada, disfruta de una tabla de quesos y embutidos de la zona, y déjate envolver por la paz del Monasterio de San Cosme y San Damián antes de volver a casa satisfecho.
Li nos saludó en la entrada de la bodega con una gran sonrisa y un gesto de bienvenida — no sé si siempre lo hace o si simplemente notó que estábamos un poco perdidos (el conductor también se rió). El aire olía a hierba recién cortada y a algo dulce que no lograba identificar. La seguimos entre hileras de viñas, algunas casi salvajes, hasta una fresca bodega de piedra donde nos entregó las copas antes de que nos sentáramos. Dijo algo sobre “dejar respirar el vino”, pero yo estaba demasiado concentrado viendo cómo la luz del sol se deslizaba sobre los barriles. Intenté repetir el nombre del primer blanco — ¿Viognier? — Li se rió cuando intenté decirlo en macedonio. Seguro que lo dije fatal.
La cata fue en una terraza con vistas a las colinas cerca de Skopje, y se escuchaba un suave zumbido de abejas entre la lavanda. Cada copa venía acompañada de una pequeña historia: cómo recogen las uvas antes del amanecer para que estén frescas, por qué su brandy es solo para “invitados valientes”. La tabla de quesos tenía esos trozos desmenuzables que se pegaban a los dedos; yo no paraba de coger aceitunas de más. En un momento, alguien del grupo preguntó por el monasterio de al lado y Li simplemente dijo: “Vamos a verlo”. Sin discursos, solo nos llevó caminando.
El interior del Monasterio de San Cosme y San Damián era fresco y oscuro, todo de piedra antigua y humo de vela. Nuestra guía señaló iconos desvaídos en las paredes — algunos con cientos de años. Se sentía una calma que no encuentras en las ciudades. Después, volvimos para terminar nuestra última copa (un tinto intenso con un toque casi picante), sentados hasta que el conductor nos recordó suavemente que era hora de regresar. A veces todavía recuerdo ese silencio dentro del monasterio — y lo bien que se sintió ese último sorbo en la garganta.
Sí, el traslado desde tu alojamiento a la bodega y de regreso está incluido.
La cata incluye cinco vinos diferentes y dos tipos de brandy.
Sí, la visita al monasterio es opcional dentro de la experiencia.
Sí, disfrutarás de una tabla de quesos y embutidos junto con las degustaciones.
El tour acepta bebés y niños pequeños; se permiten cochecitos y hay asientos para bebés disponibles.
No se especifica el tiempo exacto, pero el transporte se organiza directamente desde tu alojamiento en Skopje.
Un guía de la bodega te acompañará durante la cata y el recorrido por la bodega.
Tu día incluye recogida en hotel en Skopje, visitas guiadas por la bodega y el monasterio (si decides ir), cata de cinco vinos de la finca más dos brandis, agua embotellada para equilibrar, una generosa tabla de quesos y embutidos locales, y un traslado cómodo de vuelta a tu alojamiento.
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