Si quieres vivir la auténtica vida laosiana más allá de los templos de Luang Prabang, este tour es para ti. Conocerás gente local en el mercado Phosi, visitarás aldeas étnicas, nadarás en Kuang Si y disfrutarás del atardecer sobre el Mekong—todo en un día tranquilo.
Empezamos el día temprano con un paseo rápido por las tranquilas calles de Luang Prabang. Llegamos al mercado Phosi justo cuando los puestos comenzaban a cobrar vida: vendedores anunciando precios, aromas de hierbas frescas mezclados con carne a la parrilla. Vi cestas de piel seca de búfalo (algo poco común), montones de té local e incluso salitre a la venta. Nuestro guía, el señor Kham, nos mostró los distintos patrones de tejido de las tribus de las colinas—cada uno con su propia historia. Compré un snack de arroz pegajoso a una señora mayor que sonreía pero no decía mucho; sus manos se movían rápido, envolviendo el arroz en hojas de plátano como si lo hiciera desde siempre.
Dejando atrás el mercado, nos adentramos por caminos serpenteantes hacia el campo. La primera parada fue Ban Ouay, una aldea Hmong donde los niños jugaban descalzos en el polvo y las mujeres tejían bajo sus casas elevadas. El aire tenía un leve olor a humo—alguien asaba maíz cerca. En Ban Ou y Ban Thapene, el ambiente cambió; se escuchaban gallinas y se veían cestas tejidas apiladas junto a las puertas. Nuestro guía explicó las diferencias entre las tradiciones Hmong, Lao y Khmu—la verdad, no imaginaba tanta diversidad en un área tan pequeña.
Después de un almuerzo sencillo (fideos y verduras frescas), nos dirigimos a la cascada Kuang Si. Lo primero que te impacta es el sonido—el agua cayendo con fuerza en piscinas turquesas. El sendero por la selva estaba embarrado en algunos tramos pero fresco bajo los árboles. No pude resistir y me metí a nadar; el agua estaba fría pero se sentía increíble después del calor. Un poco más abajo, paramos en el Santuario de Osos. Los osos rescatados descansaban en hamacas o jugaban con neumáticos viejos—uno se rascaba la espalda en un tronco, ignorándonos por completo.
De regreso a la ciudad, visitamos Ban Phanom. Aquí el tejido es famoso—bufandas coloridas colgaban por todos lados, secándose al sol de la tarde. Cuando llegamos al Wat Siphouthabath para ver el atardecer, el cielo se había teñido de un rosa suave. Los locales se sentaban en silencio en las escaleras, mirando el río brillar. Fue la manera perfecta de cerrar un día largo fuera de la ciudad.
Sí, puedes nadar en la mayoría de las piscinas bajo la cascada. Hay zonas para cambiarse cerca—solo lleva tu traje de baño y toalla.
¡Claro! Solo avísanos al reservar para preparar un almuerzo vegetariano para ti.
La caminata hasta la cascada es corta y bastante sencilla. Hay terreno irregular en las aldeas y cerca de las cascadas, pero nada complicado.
Puedes unirte si quieres—solo dínoslo al reservar para organizar un recogida temprano.
Tu guía privado te recogerá en tu hotel de Luang Prabang. Durante el día tendrás agua embotellada y toallas refrescantes. Almuerzo incluido (opción vegetariana disponible). Todas las entradas están cubiertas. Te dejaremos en tu hotel después del atardecer.
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