Camina por los paisajes salvajes del Cañón de Charyn con un guía local experto, disfruta comida casera kazaja al aire libre y toma té junto al lago Bartogai, todo en un día lejos del bullicio de la ciudad.
Lo primero que noté al salir de Almaty antes del amanecer fue cómo las luces de la ciudad se desvanecían dando paso a la estepa abierta. Nuestro conductor puso música pop kazaja suave en la radio, justo para mantenernos despiertos. Cuando llegamos al pueblo de Baiseit, el aire olía a pan recién hecho y a diésel de los puestos a la orilla del camino. Compramos samsa caliente de un vendedor que nos guiñó un ojo al ver nuestras caras somnolientas; la verdad, nos cayó de maravilla.
El Cañón de Charyn es otra historia. Los locales lo llaman el Valle de los Castillos, y entiendes por qué al estar parado al borde: las torres de roca parecen hechas a mano. Nuestro guía, Timur, señalaba formas en los acantilados que solo alguien que ha venido cientos de veces puede notar (asegura que una parece un camello). La caminata cuesta abajo no es difícil, pero recomiendo zapatos firmes porque en algunos tramos la grava resbala. El silencio solo se rompe por el viento que silba entre las paredes de piedra y el crujir de tus pasos.
El almuerzo fue sencillo pero contundente: arroz con carne tierna y zanahorias, ensalada fresca de tomate y pepino, trozos de pan local, queso salado y té servido desde un termo gastado. ¿Eres vegetariano? Solo avísalo antes, tenían opciones listas para una persona de nuestro grupo. Después de comer, subimos a un mirador panorámico donde mis piernas se me aflojaron un poco al mirar todas esas capas de roca roja.
La última parada, el embalse Bartogai, parecía un rincón secreto. El agua azul brillante contrastaba con las colinas secas. Nuestro guía montó un pequeño kit de café justo en la orilla; también preparó un té fuerte (probé el té Khan por primera vez, dulce y con leche). Nos quedamos allí en silencio un rato antes de regresar a Almaty mientras el crepúsculo cubría la estepa.
¡Sí! La caminata es accesible para casi todas las edades y los guías son pacientes con los niños. Avísanos si necesitas asientos para bebés, los podemos proporcionar.
No hay problema, solo indícalo al reservar. Siempre preparamos opciones vegetarianas si se avisa con anticipación.
Son unas 3 horas por trayecto incluyendo paradas, tiempo suficiente para ver la vida local sin prisas.
No hace falta equipo especial, solo zapatos cómodos para caminar y ropa adecuada al clima. El sendero puede estar polvoriento o resbaladizo en algunos puntos.
Tu tour privado incluye recogida y regreso al hotel en Almaty, agua embotellada todo el día, almuerzo casero (opción vegetariana disponible), transporte con aire acondicionado, además de todas las entradas y guía local experto que conoce cada rincón.
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