Conduce tu propio go-kart por los barrios más vibrantes de Tokyo — Shibuya Crossing, el caos pop de Harajuku y las calles arboladas de Omotesando — con un guía local que te acompaña. Ponte un disfraz (incluido), siente la energía de la ciudad a pie de calle y llévate fotos para recordar. Diversión a toda velocidad que no olvidarás.
Lo primero que me llamó la atención fue el olor — un leve toque a gasolina mezclado con ese aroma dulce de un puesto de crepes cercano. Acabábamos de ponernos los disfraces (yo elegí a Mario, porque, ¿por qué no?), los cascos un poco torcidos y los nervios a flor de piel. Nuestro guía, Kenji, sonrió y nos hizo el gesto de “¿listos?”. El motor rugía más de lo que esperaba para algo tan bajito. Y entonces salimos a la luz del día en Shibuya — directo a las calles de verdad. La gente nos miraba. Un grupo de estudiantes nos saludó y gritó algo que no entendí. Fue surrealista.
Pasar por Shibuya Crossing en un go-kart es… caos, pero del bueno. Ves a toda esa gente caminando desde otro punto de vista — unos grabándonos con el móvil, otros riéndose o negando con la cabeza (no los culpo). Kenji no dejaba de mirar por el retrovisor para que no nos separáramos; nos señaló una calle lateral donde, según él, un grupo idol grabó un videoclip. El ruido de la ciudad se atenuaba bajo el casco, salvo por esos pitos de taxi y fragmentos de J-pop que salían de las tiendas. Luego pasamos por Harajuku; los colores allí son una locura, las fachadas desfilaban en rosas y neones.
Intenté decir “konnichiwa” a una chica en un semáforo — seguro lo dije mal porque se rió y me saludó igual. Es una mezcla rara: te sientes expuesto (vas vestido de personaje de dibujos conduciendo un carrito pequeño) pero a la vez invisible, porque Tokyo está demasiado ocupado siendo Tokyo. Al llegar a Omotesando, el ambiente cambió — más gente con estilo, paseando bajo árboles alineados. La carretera aquí se sentía más suave, el sol se colaba entre las hojas y se reflejaba en nuestras manos agarrando el volante.
Sinceramente, no esperaba disfrutar tanto. La hora se pasó rápido y a la vez se hizo larga — tal vez porque cada cuadra era nueva o porque Kenji no paraba de sacar fotos (prometió enviárnoslas después). Al final, me dolía la cara de tanto sonreír bajo el casco. Si estás pensando en esta experiencia en go-kart por Tokyo: sí, necesitas el permiso internacional de conducir antes de llegar (son estrictos con eso), pero vale la pena solo por esa sensación de cruzar Shibuya Crossing y que todos te miren un instante.
Sí, la mayoría de viajeros necesitan un Permiso Internacional de Conducción conforme a la Convención de Ginebra de 1949 y llevar su pasaporte físico para participar.
El tour empieza en la tienda Shibuya Annex, en el centro de Tokyo.
Tu reserva incluye alquiler de disfraz, guía en kart, fotos tomadas por el guía, todas las tarifas y una hora de alquiler del kart.
Puedes unirte solo o con amigos; los grupos deben reservar juntos para asegurarse de ir juntos.
El recorrido pasa varias veces por Shibuya Crossing, el área de Harajuku y Omotesando, incluyendo algunas calles secundarias.
No, no incluye comidas; solo alquiler de disfraz, kart, guía y fotos.
Esta actividad no se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
Debes llevar zapatos cerrados y planos; evita faldas o vestidos largos por seguridad.
Tu día incluye una hora de alquiler de go-kart por Shibuya Crossing y zonas cercanas con todas las tarifas cubiertas; podrás elegir un disfraz gratis antes de salir con tu guía local (también en kart), quien tomará muchas fotos y te las enviará al terminar.
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