Con un tour privado en coche y chofer de habla inglesa, te sumergirás en el ritmo de Tokio — probando delicias en Tsukiji, respirando incienso en Sensoji y viendo el bullicio en Shibuya. Paradas flexibles y relatos locales para sentirte guiado y libre a la vez.
Aún recuerdo cuando me acomodé en el asiento trasero, un poco cansado por el jetlag y con el café en mano, y de repente apareció Kenji — nuestro chofer — sonriendo en el espejo retrovisor. Nos preguntó si queríamos seguir su ruta habitual de tour privado por Tokio o cambiarla. Sin pensarlo dije “¡primero comida!” y terminamos en el Mercado Exterior de Tsukiji antes de las 10 de la mañana. El aire olía a anguila a la parrilla y algas, y juro que podría haberme quedado ahí horas viendo a los vendedores bromear entre cajas de atún. Kenji nos contó que algunas familias llevan generaciones en esos puestos — incluso señaló a un tipo con quien fue al instituto, que nos saludó con un cuchillo de pescado en la mano.
Después, el Templo Sensoji fue como entrar en otro mundo — el incienso subía hacia el cielo gris, las abuelas ataban oraciones a las ramas mientras los adolescentes se hacían selfies junto a la puerta. Kenji nos explicó la historia del templo (seguro que olvidé la mitad), pero lo que más me quedó fue la calma que se respira allí. Nos dejó explorar todo el tiempo que quisimos, sin prisas. Y de repente estábamos entre los rascacielos de cristal y los neones de Ginza; es increíble cómo en veinte minutos pasas de templos centenarios a tiendas de alta moda.
¿Lo mejor? Nunca nos sentimos apurados ni siguiendo el ritmo de nadie más. En el cruce de Shibuya, Kenji aparcó cerca para que pudiéramos quedarnos en la esquina viendo a la gente pasar — los paraguas se movían como medusas cuando empezó a lloviznar. Se rió cuando intenté decir “Skytree” en japonés (lo pronuncié fatal), pero aún así nos llevó justo antes del atardecer para ver Tokio iluminado desde arriba. La ciudad parece infinita desde ahí. Hay algo en ver cómo se encienden todas esas luces a la vez que te hace sentir pequeño, pero de la mejor manera.
Sí, la recogida en el hotel está incluida para tu comodidad.
Sí, puedes seguir una ruta recomendada o crear la tuya junto con el chofer.
Sí, el chofer habla inglés; otros idiomas disponibles si se solicitan con antelación.
Puedes visitar sitios top como el Templo Sensoji, Shibuya, Ginza, Skytree y más en un solo día.
Sí, se aceptan bebés y niños; hay asientos para bebés y espacio para cochecitos.
No, las entradas y comidas se pagan aparte durante las paradas.
Odaiba está a unos 40 minutos en coche desde el centro de Tokio; se incluye si el tiempo lo permite.
Se proporciona un vehículo privado con aire acondicionado solo para tu grupo.
Tu día incluye recogida en un vehículo privado con aire acondicionado y chofer de habla inglesa (o en otro idioma si lo pides con antelación), además de todos los gastos de combustible, aparcamiento y peajes para que solo te preocupes por disfrutar y descubrir los barrios de Tokio a tu ritmo.
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