Pedalea por los barrios de Tokio con un guía local, haciendo paradas en la paz del Santuario Meiji y en el animado templo Zojo-ji. Disfruta de un almuerzo con vistas a la bahía antes de dar una vuelta tranquila por el foso del Palacio Imperial, todo a un ritmo relajado para empaparte de la vida urbana.
Bajé del tren en Shinjuku, aún medio dormido, y allí estaba nuestro guía—Yusuke—sonriendo junto a una fila ordenada de bicicletas. El aire tenía ese leve olor metálico que se siente en las grandes ciudades después de la lluvia, y pensé que mis piernas quizás no estaban listas para tanto pedaleo. Pero al empezar a rodar por las calles tranquilas de la mañana, fue casi una experiencia meditativa. Yusuke nos mantenía juntos, señalando pequeñas panaderías y máquinas expendedoras que zumbaban en las esquinas. Pasamos por la primera parada—el Santuario Meiji—donde la grava crujía bajo las ruedas y alguien practicaba caligrafía en una tablilla de madera cerca. Había una calma bajo los árboles que no esperaba encontrar en Tokio.
Después, zigzagueamos por barrios que jamás habría descubierto solo. En el templo Zojo-ji, Yusuke nos explicó que es un lugar budista pero también el mejor sitio para ver la Torre de Tokio (y tenía razón). Una mujer con sombrero de sol nos ofreció incienso; intenté imitar su gesto pero seguro me veía torpe. El almuerzo fue en Shiodome, un lugar moderno lleno de cristal, con vistas al brillo de la bahía de Tokio. Mis piernas agradecieron ese descanso, la verdad.
La última parte del recorrido fue dando la vuelta al foso del Palacio Imperial. Difícil de describir el contraste: rascacielos detrás, y de repente todo ese viejo muro de piedra y lirios flotando en el agua. Aquí rodamos despacio. Alguien bromeó diciendo que se sentía como de la realeza por un momento (yo no, estaba tratando de recuperar el aliento). Para entonces ya no me preocupaba el tráfico ni perderme; Yusuke siempre atento, preguntando si queríamos agua o parar para fotos. Todo el día fue como ver Tokio a pie de calle, con tiempo para fijarse en los detalles en vez de pasar volando en tren.
El tour recorre los principales puntos del centro de Tokio durante varias horas, con descansos incluidos.
Se hace una pausa para almorzar en Shiodome; el coste de la comida no está especificado como incluido.
Visitarás el Santuario Meiji, el templo Zojo-ji (con vistas a la Torre de Tokio), Roppongi, almorzarás en Shiodome y recorrerás parte del foso del Palacio Imperial.
Es adecuado para personas con condición física moderada, pero no se recomienda para quienes tengan ciertas condiciones de salud.
Sí, el uso de bicicleta está incluido en la reserva.
No se menciona recogida en hotel; el punto de encuentro es en una ubicación céntrica en Shinjuku.
Los grupos son pequeños para que el guía pueda cuidar el ritmo y la seguridad de todos.
Tu día incluye el uso de una bicicleta para recorrer el centro de Tokio, con paradas en el Santuario Meiji, el templo Zojo-ji, tiendas y cafés en Roppongi, tiempo para almorzar con vistas a la bahía de Tokio y un paseo final alrededor del foso del Palacio Imperial, todo guiado por un local que mantiene el ritmo tranquilo y seguro de principio a fin.
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