Cruzarás el icónico cruce de Shibuya, probarás platos clásicos de izakaya cerca de Scramble Square, beberás sobre los techos verdes de Miyashita Park y acabarás cantando karaoke con locales en los bares animados de Center-gai. No es solo comida o bebida, es sumergirte en la vida de Tokio por una noche impredecible.
Confieso que creía saber lo que era estar en un lugar lleno de gente hasta que estuve en Shibuya Crossing—3,000 personas moviéndose al mismo tiempo y, de alguna forma, nadie te choca. Nuestra guía, Yuki, nos hizo paso entre el mar de paraguas (acababa de llover, esa llovizna cálida típica de Tokio), mientras nos contaba cómo este lugar ha salido en cientos de películas. Entramos en una izakaya justo al lado del cruce—techos bajos, mesas de madera pegajosas por años de sake derramado. Lo primero que llegó fue el aroma: pescado a la parrilla, salsa de soja, algo frito. Intenté pedir “karaage” en japonés; Yuki sonrió y corrigió mi pronunciación. Los locales pasaban apretados con sus trajes de trabajo, casi sin mirarnos, pero por esa hora sentí que éramos parte del lugar.
Después fuimos a Miyashita Park—un cambio total. Hay vegetación arriba, pero neones por todos lados. Encontramos un bar escondido detrás de unas rampas de skate (no me lo esperaba), donde el barman me sirvió un highball y preguntó si estábamos “de vacaciones”. El hielo sonaba fuerte contra el vaso; afuera se escuchaban risas de niños en los columpios aunque ya casi era medianoche. Nos quedamos más tiempo del planeado porque alguien empezó a contar historias de la vieja Shibuya antes de que aparecieran los nuevos rascacielos.
La última parada fue Center-gai—callejones estrechos llenos de gente y ruido. El bar era pequeño; nos apretujamos alrededor de una mesa con tres locales que nos insistieron en probar una bebida rara de ciruela encurtida (no fue para mí, pero cuando estás en Tokio…). Hubo karaoke—canté “Let It Be” fatal, pero igual me aplaudieron. ¿Conoces esa sensación de estar lo suficientemente cansado para sentir todo más intensamente? Así terminó para mí—vibrando con la energía de la ciudad, pero también con una extraña sensación de estar en casa.
El tour incluye paradas en tres bares o izakayas diferentes en Shibuya.
Disfrutarás platos tradicionales en una izakaya cerca del cruce de Shibuya Scramble como parte de la experiencia.
La última parada en Center-gai suele incluir un rato de karaoke con los locales.
Sí, un guía local acompaña todo el recorrido y comparte datos interesantes en el camino.
El recorrido es a pie por el centro de Shibuya; si quieres, hay transporte público cerca antes o después.
Pasarás aproximadamente una hora en cada parada durante la ruta.
El tour es accesible para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para quienes tengan lesiones de columna o problemas cardiovasculares graves.
Tu noche incluye entradas a todos los bares e izakayas visitados, guía experto local por los barrios de Shibuya y tiempo suficiente para probar comida y bebida juntos antes de seguir por tu cuenta—o quizá volver por una canción más.
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