Recorre las antiguas puertas y ruinas del castillo en los Jardines del Este del Palacio Imperial de Tokio, guiado por alguien que revive la historia samurái con detalles y relatos. Detente entre flores en Ninomaru, observa la ciudad asomarse tras piedras centenarias y conecta en silencio con el pasado imperial de Japón.
¿Alguna vez te has preguntado cómo se siente estar donde los samuráis protegían el corazón de Tokio? No sabía qué esperar cuando nos encontramos con nuestra guía justo afuera del Palacio Imperial — tenía una forma muy tranquila de contar las cosas, incluso se detenía para que pudiéramos escuchar los cuervos resonando sobre los viejos muros de piedra. El aire olía a humedad, como a musgo después de la lluvia, y por un momento casi olvidé que estábamos en pleno Tokio.
Cruzamos bajo esas enormes puertas que parecían tragarse un autobús — nuestra guía las llamó Otemon y nos contó que el Castillo Edo fue la fortaleza más grande de Japón en su época. Intenté imaginarlo todo: shogunes caminando arriba, mensajeros corriendo por caminos de grava. Ella señaló unas ranuras en las piedras donde antiguas puertas se cerraban por la noche. Hubo un momento en la base de la torre del castillo donde se veían rascacielos asomándose entre pinos — bastante surrealista, la verdad.
El Jardín Ninomaru estaba más tranquilo de lo que esperaba. Carpas nadaban en el estanque mientras un grupo de niños de la escuela reía cerca (uno intentó practicar inglés conmigo — “Welcome to Japan!”). Las flores apenas comenzaban a abrirse; aún recuerdo ese olor fresco a verde mezclado con algo dulce de los cerezos en flor. Nuestra guía nos contó historias de ceremonias imperiales aquí, pero también detalles pequeños — como cómo los jardineros hacen patrones en la grava cada mañana. Es curioso lo tranquilo que se siente justo ahí, con todas esas capas de historia bajo tus pies.
Sí, todas las áreas y superficies del recorrido son accesibles para silla de ruedas.
Sí, un guía experto que habla inglés acompaña el recorrido.
La caminata guiada suele durar entre 2 y 3 horas, según el ritmo y las preguntas.
Sí, los bebés son bienvenidos y pueden ir en cochecito o en brazos de un adulto.
Sí, hay opciones de transporte público cerca para llegar fácilmente al punto de encuentro.
Tu día incluye un paseo guiado por los Jardines del Este del Palacio Imperial de Tokio y las ruinas del Castillo Edo con explicaciones históricas en inglés; todo es accesible para silla de ruedas y los bebés o niños pequeños pueden unirse cómodamente en cochecitos o en brazos.
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