Despierta frente a la presencia tranquila del Monte Fuji, respira el aire de la 5ª estación, pasea entre flores en Oishi Park junto al lago Kawaguchi, sube los interminables escalones de la Pagoda Chureito y comparte momentos con los locales. Este tour privado incluye recogida, guía certificado y conductor, además de tiempo para almorzar junto al agua—una experiencia que queda grabada mucho más allá de las fotos.
Lo primero que vi por la ventana fue el perfil del Monte Fuji — un poco difuminado en los bordes pero igual de imponente, como si siempre hubiera estado ahí. Nuestro guía, Satoshi, nos esperaba abajo con una sonrisa tranquila y un termo de té (que me vino de maravilla porque apenas había dormido de la emoción). El coche estaba impecable y olía ligeramente a cedro — o quizás fue mi imaginación. Salimos de Tokio puntuales. Satoshi señalaba detalles en el camino — un arrozal aquí, una panadería famosa por su pan de melón allá. Más que un tour, parecía que alguien que realmente vive aquí nos mostraba su mundo.
La primera parada fue la 5ª estación. Está a unos 2,300 metros de altura, así que sí — se nota en los oídos. El aire tenía un sabor distinto, más frío y puro. Había niños de excursión riendo y un par de senderistas mayores atándose las botas; una señora me ofreció un snack de batata cuando me vio temblar (creo que me dijo “¡gambatte!”). Desde ahí se ven las nubes moviéndose por las laderas del Fuji como si fueran animales lentos. Podría haberme quedado horas, pero aún quedaba mucho por descubrir.
Luego fuimos a Oishi Park — flores por todas partes, incluso en primavera avanzada. Los colores parecían irreales contra el azul del lago y el Fuji al fondo. Satoshi nos contó que los locales vienen aquí a hacer picnic durante el hanami; se rió cuando intenté pronunciar “shibazakura” en japonés (definitivamente lo dije mal). Almorzamos en un pequeño restaurante junto al lago Kawaguchi, donde cisnes nadaban esperando migas. Sin querer, alimenté a uno — no esperaba que fueran tan atrevidos. El paseo en barco después de comer fue más tranquilo de lo que imaginaba; solo el sonido del viento y el agua, y gente haciendo fotos en silencio, como si no quisieran romper algo frágil.
Confieso que subir a la Pagoda Chureito casi me deja sin aliento — esas escaleras parecen no acabar nunca. Pero cuando llegas arriba, todo el esfuerzo vale la pena: el Fuji enmarcado perfectamente detrás del techo de la pagoda, la ciudad abajo diminuta y difusa bajo la neblina de la tarde. Satoshi esperó paciente mientras recuperaba el aliento (y tomaba unas cincuenta fotos). La última parada fue el Santuario Kitaguchi Hongu Fuji Sengen — árboles antiguos por todos lados, faroles de piedra cubiertos de musgo, incienso flotando en el aire. Tenía un aire lleno de historias que no entendía del todo, pero que quería descubrir.
Regresamos justo cuando el crepúsculo cubría todo. Las piernas me dolían, pero la mente estaba clara, esa sensación que a veces te deja un viaje — como si vieras el mundo con más nitidez. Si estás pensando en hacer una excursión de un día al Monte Fuji desde Tokio o alrededores, tener un guía privado que conozca cada rincón cambia por completo la experiencia.
Sí, la recogida en hotel está incluida al reservar este tour privado.
El tour completo dura entre 8 y 10 horas, incluyendo el tiempo de traslado desde la recogida.
Sí, visitarás el lago Kawaguchi para disfrutar de las vistas y opciones de almuerzo o paseo en barco.
Sí, todos los guías están completamente certificados y los vehículos cuentan con licencia y seguro.
No incluye almuerzo fijo, pero el guía te recomendará restaurantes locales junto al lago Kawaguchi.
El tour se realiza con lluvia o sol; no hay reembolsos por mal tiempo, así que revisa el pronóstico antes de reservar.
Si viajas con niños menores de 7 años, avisa al proveedor con antelación para hacer los arreglos necesarios.
No se recomienda para mujeres embarazadas debido a la altitud y la actividad física requerida.
Tu día incluye recogida en hotel en vehículo licenciado con conductor experimentado y guía privado certificado; agua embotellada durante todo el recorrido; paradas en puntos clave como Oishi Park, la Pagoda Chureito (con su famosa escalera), el Santuario Kitaguchi Hongu y el lago Kawaguchi, con tiempo suficiente para almorzar en restaurantes junto al lago antes de regresar cómodamente por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?