Comienza tu día en Hiroshima con un guía local que te acompañará por las calles y emociones del Parque Conmemorativo de la Paz antes de cruzar en ferry a Miyajima. Pasea por los pasillos del Santuario Itsukushima sobre el agua, prueba especialidades locales como ostras a la parrilla o manju dulces, y conecta con otros viajeros, con transporte y entradas incluidos.
Casi pierdo el punto de encuentro en la estación de Hiroshima: mi teléfono falló y terminé frente a una panadería que olía a bollos dulces de frijol rojo. Por suerte, nuestra guía (Yuko) me vio agitar mi ticket como un turista perdido. Se rió y dijo: “Aquí todos se despistan alguna vez”. Éramos unos diez, con los ojos aún medio cerrados pero llenos de curiosidad. El viaje en bus fue tranquilo, solo se escuchaba la voz suave de Yuko explicando cómo Hiroshima se reconstruyó. No esperaba sentir tanto solo mirando la vida cotidiana pasar por la ventana.
En el Parque Conmemorativo de la Paz, había más silencio del que imaginaba. Una brisa movía las grullas de papel en los memoriales, pequeños destellos de color por todos lados. Yuko nos dejó caminar a nuestro ritmo; escuché a un hombre mayor del grupo susurrar algo en español sobre su abuelo y la guerra. La Cúpula de la Bomba Atómica está ahí, sin adornos, solo firme. Es curioso cómo la gente actúa tan normal frente a algo tan pesado. No podía dejar de pensar en la mezcla del olor a hierba y a incienso cerca del cenotafio.
El camino hacia la costa fue tranquilo hasta que vimos Miyajima al otro lado del agua; alguien comentó que parecía un cuadro. El ferry fue corto pero ventoso; el rocío del mar me mojó las gafas y todos se rieron, incluso una pareja francesa seria. En la isla Miyajima todo parecía más suave: la luz, las voces, hasta los ciervos que paseaban cerca del santuario. Caminar por los pasillos de madera del Santuario Itsukushima sobre el agua fue surrealista. La famosa puerta torii realmente parece flotar con la marea alta; tomé muchas fotos pero ninguna me convenció.
Después de la visita al santuario tuvimos tiempo libre, así que probé ostras a la parrilla en un puesto callejero (calientes, saladas y extrañamente reconfortantes) y compré una caja de momiji manju para después. Li, del grupo, intentó enseñarme a decir “gracias” en japonés —lo dije fatal y ella se rió tanto que casi se le cae el pastel. De regreso en el ferry, con el atardecer llegando, todos guardamos silencio, pero no por tristeza, sino llenos de todo lo que habíamos caminado y visto en un solo día. Aún recuerdo ese momento cuando las luces de la isla comenzaron a encenderse detrás de nosotros.
El tour dura todo el día, comenzando y terminando en la estación de Hiroshima tras visitar ambos lugares.
Sí, el transporte en bus y el ferry están incluidos en la reserva.
Sí, después de visitar el Santuario Itsukushima tendrás tiempo para explorar tiendas o probar comida local.
No incluye almuerzo fijo, pero tendrás tiempo para comprar comida en Miyajima, como ostras a la parrilla o momiji manju.
Sí, la entrada al santuario está cubierta en el precio del tour.
Un guía bilingüe (inglés/español) te acompaña de principio a fin.
El tour inicia y finaliza en la estación de Hiroshima.
Sí, es adecuado para todos los niveles con caminatas moderadas.
Tu día incluye transporte cómodo desde la estación de Hiroshima en bus y ferry a la isla Miyajima; un guía bilingüe inglés-español que se encarga de todo; entradas al Santuario Itsukushima; y tiempo para pasear por calles tradicionales o probar snacks locales antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?