Caminarás entre templos milenarios, jardines tranquilos y santuarios en la ladera—todo con historias que tu guía local hará cobrar vida. Esta excursión de medio día te permite descubrir los mejores rincones de Hiraizumi a tu ritmo y disfrutar esos pequeños momentos (como un manju calentito en una mañana fresca) que se quedan contigo mucho después de partir.
El aire en Hiraizumi se siente distinto—quizás sea la forma en que la niebla matutina se posa sobre las colinas o el silencio que se apodera del lugar mientras subes hacia el Templo Chusonji. Nuestro guía, el señor Sato, nos recibió justo en la estación y nos llevó por callejuelas estrechas salpicadas de pequeñas tiendas que venden manju, esos dulces al vapor. Nos señaló cómo incluso las señales de la calle aquí llevan detalles dorados, un guiño al famoso Konjiki-do—una pequeña sala Amida dorada que realmente brilla cuando la luz del sol la ilumina en el momento justo. También querrás detenerte en la Casa del Tesoro Sankozo; dentro, tres enormes Budas de madera parecen observar cada uno de tus movimientos, y hay una estatua de Kannon de “Mil Brazos” que es más alta que la mayoría de las personas que conozco.
Luego nos dirigimos al Templo Motsuji. Los edificios originales ya casi no quedan—solo algunas piedras antiguas—pero lo que encuentras en su lugar es un amplio y sereno jardín que rodea un estanque. Nuestro guía explicó cómo los monjes lo diseñaron para que pareciera la Tierra Pura budista. Apenas había gente, salvo un par de lugareños paseando a sus perros y un anciano barriendo hojas del camino. Si te interesa la historia, no te pierdas tampoco el Templo Takkoku no Iwaya Bishamondo. Está construido directamente en la pared de un acantilado y parece casi escondido, como si el tiempo no lo tocara. Terminamos charlando con un vendedor local afuera que nos vendió crackers de arroz dulces—nos contó que lleva aquí desde antes de la última gran nevada.
Sí, solo dinos cuáles son tus lugares imprescindibles de nuestra lista al reservar—adaptaremos la ruta para ti.
¡Por supuesto! Toda la ruta es accesible para sillas de ruedas y también para cochecitos. Es tranquila y apta para todas las edades.
Tu guía te esperará a pie dentro del pueblo de Hiraizumi—normalmente cerca de la estación o algún punto céntrico.
No, las entradas no están incluidas, pero tu guía puede ayudarte a gestionar los tickets en el lugar si lo necesitas.
Contarás con un guía local autorizado que habla inglés y conoce Hiraizumi al detalle. La excursión es totalmente personalizable—elige 2 o 3 sitios de nuestra lista (como el Templo Chusonji o Motsuji). Nos encontraremos a pie en el pueblo; todo es accesible para sillas de ruedas y cochecitos. ¡También se admiten animales de servicio!
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