Recorre las calles más antiguas de Tokio en un grupo pequeño, prueba ningyo-yaki caliente en Nakamise y únete a los locales en el ritual de incienso del templo Senso-ji. Escucha historias mientras paseas entre santuarios y cruzas el puente Azuma: un pedazo de la vieja Tokio que se queda contigo mucho después.
Lo primero que me llamó la atención fue el olor: un dulce incienso que flotaba desde algún punto adelante mientras nos abríamos paso por la calle comercial Nakamise. Nuestra guía, Emi, nos llamó hacia un puesto diminuto que vendía ningyo-yaki (esos pastelitos esponjosos con forma de farol). Sonrió y dijo: “Tienes que comerlo caliente”. Lo probé, con azúcar glas pegándose a los dedos. Cerca, un grupo de escolares reía sin parar, todos con mochilas iguales y energía a tope. No sé qué les hacía tanta gracia, quizá nosotros.
El templo Senso-ji es más grande de lo que parece en las fotos. La Puerta del Trueno es un estallido de colores y gente. Emi nos explicó que hay que abanicar el humo sobre uno mismo para atraer la buena suerte antes de subir las escaleras. Vi a un anciano hacerlo con tanto cuidado que me dio un poco de vergüenza mi torpe intento. Dentro, la luz se vuelve suave y dorada por un instante, y todo se silencia salvo el tintinear de las monedas en la caja de ofrendas. Es difícil no dejarse llevar por ese ambiente.
Después nos perdimos por calles laterales: algunos tenderos nos saludaban con un gesto, otros estaban concentrados ordenando abanicos o dulces en sus escaparates. En el santuario Asakusa, Emi nos contó la historia de tres pescadores que empezaron todo esto hace siglos. Había papeles con la suerte atados por todas partes, ondeando como pequeñas banderas. Intenté leer uno, pero me rendí a mitad; mi japonés sigue siendo un desastre (Emi se rió). Al final cruzamos el puente Azuma, con el viento del río Sumida y la Tokyo Skytree asomando detrás de los tejados. A veces aún recuerdo esa vista cuando el ruido en casa me abruma.
El tour recorre los puntos clave de Asakusa y suele durar entre 2 y 3 horas.
Sí, el templo Senso-ji es el centro de esta experiencia a pie.
El recorrido pasa por varios puestos donde puedes comprar dulces tradicionales como el ningyo-yaki.
Sí, todas las zonas y superficies del tour por Asakusa son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, un guía local que habla inglés acompaña a tu grupo durante toda la experiencia.
Los grupos son pequeños, con un máximo de 12 participantes por tour.
Se pueden unir bebés y niños pequeños, que pueden ir en cochecito durante la caminata.
También recorrerás la calle comercial Nakamise, el santuario Asakusa, la calle Shin Nakamise, Hoppy Street y cruzarás el puente Azuma para disfrutar de vistas de la ciudad.
Tu día incluye paseos guiados por las calles históricas de Asakusa con un guía local en inglés; visitas al templo Senso-ji y la calle Nakamise; historias sobre la historia de Tokio; grupos pequeños para moverte con libertad; y accesibilidad total para sillas de ruedas o cochecitos en cada parada.
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