Explora Aomori con un guía local que da vida a museos de arte, sitios antiguos Jomon y leyendas del Festival Nebuta. Vive momentos únicos, como entrar en cabañas reconstruidas o escuchar tambores de festival, y disfruta de dulces de manzana junto a la bahía. Un día lleno de calidez y detalles inesperados.
Nos encontramos con nuestra guía justo afuera de la estación de Aomori—ella nos saludó agitando un llavero con una pequeña manzana (parece que aquí todos están orgullosos de sus manzanas). La ciudad se sentía tranquila pero no dormida; había un aire salado que venía de la bahía de Mutsu y una frescura que invitaba a caminar sin parar. Nuestra primera parada fue el Museo Nebuta Wa Rasse. Ya había visto fotos del festival, pero estar al lado de esos enormes carros alegóricos—con caras pintadas que casi te miran fijamente—es otra cosa. La instalación sonora dentro repetía tambores del festival, y la verdad, se me quedó en la cabeza por horas. Nuestra guía nos contó que los locales pasan meses construyendo esos carros. Intenté pronunciar “Nebuta” bien—Li se rió cuando lo dije mal.
Después caminamos hacia el yacimiento Sannai-Maruyama. Es increíble pensar que solo lo descubrieron en 1992—toda esa historia Jomon estuvo bajo los pies de la gente por miles de años. Las cabañas reconstruidas olían a cedro y tierra; me metí en una y casi me golpeo con las vigas (seguro eran más bajas en esa época). Había un silencio raro, a pesar de estar cerca de la ciudad. Nuestra guía señaló unas herramientas de piedra—pequeñas, pero se notaban las marcas de manos que las usaron hace siglos.
Muy cerca está el Museo de Arte de Aomori, un cubo blanco que parece demasiado moderno para el lugar. Pero adentro se siente divertido: la escultura gigante del perro de Nara está ahí como esperando que alguien le hable. También vimos algunas estampas de Munakata; la guía explicó que lo llaman “el Van Gogh de Aomori,” lo que me hizo sonreír porque su estilo no se parece en nada al de Van Gogh (¿quizá es por ser incomprendido?). Terminamos en una cafetería cerca de la estación—pastel de manzana, por supuesto. Todavía recuerdo la vista de la bahía mientras descansábamos, con las piernas cansadas y la cabeza llena de nuevas historias.
No, el punto de encuentro es a pie dentro de una zona designada en el centro de Aomori.
Sí, puedes seleccionar 3-4 sitios de una lista que te proporcionamos para armar tu ruta.
No, Hirosaki no forma parte de este recorrido.
Sí, todas las zonas y opciones de transporte son accesibles para sillas de ruedas.
El tour personalizable dura aproximadamente seis horas en total.
Sí, se permiten bebés y niños pequeños con cochecito o carriola.
El guía autorizado por el gobierno habla inglés y otros idiomas.
El precio incluye el servicio de guía; las entradas pueden variar según el sitio.
Tu día incluye encontrarte con un guía local autorizado que habla inglés, en el centro de Aomori, para disfrutar de un tour a pie totalmente personalizable por 3–4 sitios de su lista seleccionada—todo a tu ritmo y con muchas oportunidades para preguntar o hacer pausas para snacks.
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