Nadarás en la legendaria piscina mineral Blue Hole de Negril, probarás hierbas con locales en una granja mágica, descansarás en Seven Mile Beach con música y almuerzo, y verás a los clavadistas en Rick’s Café mientras el sol se pone sobre el mar. Transporte privado y guía amable para que solo disfrutes.
Lo primero que recuerdo es el olor — una mezcla de tierra y algo dulce, casi picante, al entrar en la granja de hierbas justo a las afueras de Negril. Nuestro guía, Andre, sonrió y me entregó un cáliz (solo los había visto en fotos), diciéndome que “lo tomara con calma”. Intenté repetir el nombre de una planta en patois; Andre se rió tanto que casi se le cae su propio vaso. El clima estaba húmedo pero sin ser sofocante, y se escuchaba un zumbido suave entre los árboles — ¿grillos tal vez? O simplemente Jamaica en su salsa.
Después, nos dirigimos a Seven Mile Beach. La arena se sentía más suave de lo que esperaba — casi como polvo entre los dedos. Había locales vendiendo patties y fruta fresca bajo sombrillas descoloridas, y la música llegaba desde un bar cercano. Algunos se animaron a hacer parasailing (yo no, las alturas no son lo mío), pero sí probé un paseo en bote con fondo de cristal. Vi una mantarraya deslizarse debajo y, sinceramente, parecía que volaba. El almuerzo fue pollo jerk acompañado de una fría Red Stripe; sencillo pero perfecto después de nadar en la piscina mineral del Blue Hole (que está más fría de lo que imaginas). El agua tiene un azul increíble — no ese azul de Instagram filtrado, sino real.
Luego fuimos a Rick’s Café. Si has oído hablar de saltos desde acantilados en Jamaica, seguro es aquí donde sucede. Vimos a valientes lanzarse desde las rocas mientras un DJ ponía reggae clásico. Hubo un momento en que todos dejaron de hablar solo para contemplar cómo el sol se escondía tras el mar — una luz naranja iluminando todos los rostros. Yo no salté (quizás la próxima), pero estar en esos acantilados con desconocidos animándose entre sí se sintió sorprendentemente cercano para un lugar tan famoso. De regreso hicimos una parada rápida en el Faro de Negril; construido en 1894, según Andre, que conoce todos esos datos y nos señaló aves anidando en lo alto.
De vez en cuando sigo pensando en esa vista desde Rick’s — cómo todo se volvía ruidoso justo antes del atardecer y luego, de repente, silencio. Si buscas una excursión desde Negril que combine natación, comida, música y historias locales (y transporte privado para no preocuparte por moverte), este tour te ofrece mucho más de lo que imaginas. No todo salió perfecto — seguro metí la pata con el slang jamaicano — pero eso lo hizo aún mejor.
Sí, el transporte privado con recogida está incluido para todos los pasajeros.
Sí, hay tiempo reservado para nadar en la piscina mineral Blue Hole.
Incluye almuerzo y una bebida de bienvenida como ponche de ron o agua.
Sí, visitarás Rick’s Café para ver el atardecer y podrás observar o participar en los saltos desde los acantilados.
El tour ofrece vehículos y opciones accesibles para sillas de ruedas.
Se requiere un mínimo de cuatro viajeros para tours privados.
Puedes nadar o probar deportes acuáticos como parasailing o paseos en bote con fondo de cristal.
Se hace una parada en el Faro de Negril, construido en 1894.
Tu día incluye transporte privado con aire acondicionado y recogida, entrada a todos los sitios como la granja de hierbas y la piscina Blue Hole, bebida de bienvenida (ponche de ron o agua), almuerzo con snacks durante el recorrido, y tiempo para relajarte en Seven Mile Beach antes de disfrutar el atardecer y el espectáculo en Rick’s Café.
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