Comienza bajo el Castillo de San Michele, donde tu guía te enseñará lo básico antes de lanzarte a los rápidos salvajes del río Noce. Risas, salpicaduras, aire con aroma a pino y zonas seguras para niños en este largo descenso familiar. Al terminar, relájate en un lago privado o disfruta algo en el bar del parque—una experiencia que te dejará con energía mucho después de secarte.
No esperaba que mi corazón latiera tan rápido antes de tocar el agua, pero hay algo especial en estar al pie del Castillo de San Michele, con el remo en mano y el río Noce rugiendo bajo nosotros. Nuestro guía Marco sonrió y me entregó un traje de neopreno (aún olía un poco a limpiador, nada a río, lo cual me gustó). Nos explicó cómo colocar los pies en la balsa y qué gritar si alguien se caía. Intenté repetir sus órdenes en italiano, pero más que nada hice reír a todos.
El primer tramo desde Cusiano fue más tranquilo de lo que imaginaba: pájaros volaban sobre nuestras cabezas y se olía el pino desde las orillas. Pero luego se puso intenso. Los rápidos de nivel 2 a 3 llegaron rápido; el agua me golpeó la cara fría y fuerte. Marco gritó “¡Avanti!” y remamos con fuerza, rebotando tanto que me vibraban los dientes. Cerca de Mezzana —donde hicieron ese circuito del campeonato mundial— señaló una roca con forma de oso (yo aún no la veo). Los niños en otra balsa saludaban mientras el equipo los llevaba con seguridad; me gustó que no empujaran a nadie más allá de sus límites.
Cuando llegamos a Piano di Commezzadura, con los brazos cansados y el sol asomando entre las nubes, me di cuenta de que había estado sonriendo casi todo el tiempo. El último tramo hacia Dimaro fue más tranquilo, o quizás yo no quería que terminara. Ya en tierra, alguien me dio una toalla caliente y escuché risas desde el bar junto al lago. Nos acercamos por una bebida —con el pelo mojado y todo— porque, ¿a quién le importa después de dos horas en el río? Sigo pensando en esa sensación: nervios al principio y luego puro vivir.
El recorrido dura unas dos horas, desde Cusiano hasta Dimaro.
Sí, niños de 6 a 13 años pueden participar, pero salen antes del tramo más difícil por seguridad.
El tour empieza en Cusiano, al pie del Castillo de San Michele, y termina en Dimaro.
Incluye traje de neopreno de 3 mm, chaqueta de agua, chaleco salvavidas, casco y remo.
Sí, hay un gran parque con un lago privado y un bar/restaurante para descansar tras la actividad.
El transporte privado está incluido en la reserva.
La actividad es accesible para silla de ruedas y también para cochecitos de bebé.
Si el clima o el nivel del agua son inusuales, los guías ajustan las secciones que se recorren para garantizar la seguridad.
Tu experiencia incluye transporte privado ida y vuelta al punto de inicio en Cusiano, todo el equipo desinfectado como trajes y cascos, guía experto durante todo el descenso por el río Noce en Val di Sole—y al terminar podrás relajarte en un gran parque con lago propio o tomar algo en el bar-restaurante cercano antes de regresar.
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