Recorre las suaves colinas del Val d’Orcia en grupo pequeño, saborea Brunello en Montalcino, prueba queso Pecorino durante el almuerzo en el jardín de Pienza (o en su interior acogedor), y explora las antiguas bodegas de Montepulciano mientras escuchas historias locales. Ríe, siente aromas a tierra, disfruta buen vino y guarda una vista que recordarás mucho tiempo después de volver a casa.
Lo primero que recuerdo es cómo la luz de la mañana iluminaba las colinas cerca de Florencia—suave, dorada, como si alguien hubiera bajado el contraste del mundo. Nuestro conductor, Luca, ya bromeaba antes de salir de la ciudad. Señaló los cipreses alineados como pequeños soldados cuando llegamos a Montalcino. Al bajar en la primera bodega, una finca familiar donde la Nonna saludaba desde la ventana de la cocina, se olía la tierra fresca y los barriles estaban frescos al tacto. Allí probé el Brunello por primera vez (intenté mover la copa como en la tele y terminé manchando mi zapato, típico).
Después paseamos por la fortaleza de Montalcino. Es más pequeña de lo que imaginaba, pero desde arriba se ve hasta el infinito—viñedos que cubren el valle y un señor arreglando su bicicleta en la plaza. Para la hora de comer estábamos en Pienza, disfrutando de pecorino y pasta en lo que antes fue un jardín de convento (el camarero dijo que de abril a octubre es mejor comer afuera, aunque adentro también estaba muy acogedor). Las queserías tenían un aroma a la vez fuerte y dulce. Intenté pronunciar “cacio” bien; Luca se rió y negó con la cabeza.
La última parada fue en las bodegas subterráneas de Montepulciano—oscuros túneles de piedra con motas de polvo que flotaban en los rayos de luz. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, solo se escuchaban nuestros pasos y el descorche de una botella cerca. Probamos Nobile di Montepulciano a nivel de calle tras subir de nuevo; sabía más cálido de lo que esperaba. La verdad, no quería irme todavía, pero el tráfico no espera a nadie, así que… si vas, disfruta cada copa con calma.
El tour de un día dura unas 10 horas, incluyendo los traslados entre Florencia, Montalcino, Pienza y Montepulciano.
Sí, incluye un almuerzo de tres platos con vino en Pienza (al aire libre de abril a octubre o en interior de noviembre a abril).
Sí, hay una visita guiada con cata en una bodega familiar en Montalcino y un recorrido por las bodegas subterráneas en Montepulciano.
No se especifica, pero la mayoría de restaurantes en la Toscana pueden ofrecer opciones vegetarianas si se avisa con antelación.
No se menciona recogida en hotel; la salida es desde el centro de Florencia con transporte en minivan premium.
El tour semi-privado tiene un máximo de 8 personas por grupo.
Incluye catas de Brunello di Montalcino y Nobile di Montepulciano, almuerzo en Pienza y visitas a bodegas subterráneas.
Sí, se admiten bebés y niños; hay asientos especiales para bebés disponibles bajo petición.
Tu día incluye transporte en minivan premium desde Florencia con aire acondicionado y agua, conducido por un guía de habla inglesa. Disfrutarás visitas guiadas en dos bodegas, con catas de Brunello di Montalcino y Nobile di Montepulciano acompañadas de maridajes. El almuerzo se sirve en Pienza (al aire libre cuando es posible), seguido de tiempo libre para explorar los pueblos históricos antes de regresar a Florencia por la tarde.
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