Recorre en bici las elegantes plazas y parques de Turín con un guía local que te contará historias que no encontrarás en ninguna guía. Rutas tranquilas junto a palacios reales, patios secretos y jardines junto al río, con muchas paradas para fotos o simplemente disfrutar del momento.
Lo primero que recuerdo es el crujido de la grava bajo mis ruedas al entrar en Piazza Castello. Nuestro guía, Matteo, nos hizo señas con una sonrisa fácil—ya había señalado tres detalles que yo habría pasado por alto (hay una fuente pequeñita detrás del Palacio Real donde los locales se refrescan en verano; ¿quién lo diría?). Turín me pareció más grande de lo que esperaba, pero también más tranquila. El aire olía a café y a lluvia sobre la piedra. Seguimos pedaleando junto a las curvas de ladrillo rojo del Palazzo Carignano y, para ser sincero, tuve que asegurarme de que seguía en Italia—en algunos rincones parecía París.
Matteo no paraba de contar historias mientras avanzábamos por senderos arbolados rumbo al Parco del Valentino. Nos habló de aquella vez que intentó colarse en el Pueblo Medieval cuando era niño (no lo logró), y de cómo la Mole Antonelliana causó polémica cuando la construyeron. En un momento paramos cerca del río para un descanso rápido—el césped estaba húmedo y alguien tocaba una vieja melodía de acordeón. Intenté pronunciar “Sábana Santa” correctamente; Matteo se rió y dijo que mi acento era “creativo”. La historia de la ciudad parecía tener capas, como si solo con escucharla pudieras ir desvelándola.
No esperaba sentirme tan cómodo pedaleando por Turín. Las rutas eran tranquilas, pasando por callejones donde los tenderos nos saludaban, o por grandes plazas como San Carlo, donde la gente tomaba un espresso bajo los pórticos. Hubo un momento en Piazza Statuto cuando las nubes se movieron y la luz del sol iluminó justo el monumento a Frejus—esa imagen se me quedó grabada. Cuando llegamos a Via Garibaldi, las piernas me dolían, pero de la mejor manera. Terminamos cerca de la capilla de la Sábana Santa; Matteo bajó la voz para contar su historia, y eso me puso la piel de gallina (no por el frío).
Sí, sigue rutas seguras y tranquilas aptas para todos los niveles.
Sí, el uso de la bicicleta está incluido durante el recorrido guiado.
Sí, visitarás lugares como la Mole Antonelliana, Piazza Castello, Parco del Valentino y más.
Sí, los tours son dirigidos por guías locales expertos que comparten historias durante el camino.
Se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
No, no se recomienda para mujeres embarazadas.
La duración exacta no está especificada, pero cubre cómodamente varias atracciones centrales en bici.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de los puntos de inicio y fin.
Tu día incluye el uso de una bicicleta cómoda para recorrer los parques y plazas de Turín con un guía local amable que te llevará por rutas seguras; asientos para bebés disponibles bajo petición; y acceso fácil al transporte público al terminar la ruta.
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