Si quieres ir de Roma a Positano sin complicaciones, este traslado privado vale la pena. Viajarás cómodo, evitarás trenes o autobuses abarrotados y contarás con un conductor local amable que se ocupa de todo—incluyendo tus maletas y cualquier parada que necesites en el camino.
Mi conductor llegó puntualmente frente a mi hotel en Roma—sin tener que buscar carteles ni hacer cola. Me saludó con una sonrisa rápida y tomó mi maleta antes de que pudiera levantarla. El coche estaba impecable, olía ligeramente a limón (¿quizá por el spray de limpieza?) y el doble aire acondicionado fue un alivio tras el aire pegajoso de la ciudad. Noté que había botellas de agua listas en los portavasos, que me vinieron genial a mitad de la autopista.
El viaje en sí fue muy sencillo. Recorrimos la A1, pasando por campos ondulados y esos grupos de cipreses que siempre ves en las postales italianas. En un momento, pregunté si podíamos parar para un café—sin problema. El conductor entró en un Autogrill, donde los locales tomaban espressos y cornetti. Esperó pacientemente mientras estiraba las piernas y cogía un snack. De vuelta en la carretera, me señaló cuándo nos acercaríamos a Nápoles (“Pronto verás el Vesubio a tu izquierda”). Cuando finalmente llegamos a Positano, se encargó de todo el equipaje de nuevo—ni me dejó mover un dedo.
¡Claro! Tu conductor estará encantado de parar en áreas de servicio para comer o descansar cuando lo necesites.
Por supuesto—hay WiFi gratis a bordo para que puedas estar conectado durante el viaje.
Sí, solo avísanos con antelación y tendremos asientos infantiles especializados listos para ti.
El vehículo es totalmente accesible para sillas de ruedas—solo menciona tus necesidades al reservar.
Tu viaje incluye transporte privado con un conductor profesional, WiFi gratis a bordo, agua embotellada para todos, aire acondicionado en todo el coche y ayuda con tu equipaje de principio a fin. Si necesitas asientos para bebés, solo pídelo.
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