Saldrás de llegadas en Fiumicino y verás a tu conductor local con un cartel con tu nombre—sin confusiones ni estrés con el idioma. Súbete a un coche privado limpio (con espacio para todo tu equipaje), viaja por Roma o hacia el puerto de Civitavecchia, y quizá aprendas algún consejo útil en el camino. Esa primera bocanada de Italia sin complicaciones.
Saliendo de la zona de recogida de equipajes en Fiumicino, todavía un poco aturdidos por el vuelo, ahí estaba él: nuestro conductor, sosteniendo un cartel con mi nombre (esa parte siempre me pone nervioso, pero funcionó). El aire dentro de la terminal tenía ese leve aroma a café y maletas. Afuera, el ambiente era húmedo y bullicioso—claxonazos a lo lejos, gente saludando y llamando en italiano. Nuestro guía, Paolo, nos recibió con una media sonrisa y un tranquilo “Benvenuti”. Ya nos había enviado una foto del punto de encuentro esa misma mañana, lo que fue un alivio porque mi cerebro aún iba a toda máquina con cafeína.
El coche estaba impecable—los asientos de cuero frescos contra mi espalda a pesar del calor que ya empezaba afuera. Paolo cargó nuestras maletas con la destreza de quien lo ha hecho mil veces (probablemente así sea), y alcancé a ver a otros conductores charlando en voz baja junto a sus vehículos. Salimos del aeropuerto y nos metimos en el tráfico; vi pasar los pinos romanos y traté de recordar si había metido el cargador. Paolo preguntó si queríamos música o silencio—mi pareja se rió y dijo “sorpréndenos”. Terminó poniendo algunas canciones clásicas italianas. Hay algo especial en entrar a Roma por primera vez—los edificios se ven más antiguos cuanto más te acercas al centro—que se queda grabado.
Si vas hacia Civitavecchia para un crucero en lugar de Roma, te dejarán justo en la puerta del puerto. Escuché a otra pareja contar cómo su conductor les ayudó con el carrito de bebé—sí, tienen sillas infantiles si las necesitas. Todo fue sencillo pero sin prisas; charlamos sobre comida (claro) y Paolo nos dio recomendaciones para pizzas nocturnas cerca del hotel. No esperaba relajarme tanto en un traslado desde el aeropuerto, pero así fue. Ahora cada vez que escucho esa canción, me acuerdo de esos primeros minutos en Italia.
Sí, tu conductor privado te esperará en llegadas con un cartel con tu nombre.
Sí, puedes elegir dejarte en la ciudad de Roma o en el puerto de Civitavecchia al reservar.
Sí, se ofrecen sillas infantiles especializadas bajo petición.
El servicio incluye una maleta grande y un equipaje de mano por persona.
Sí, hay opciones de transporte accesibles para silla de ruedas.
Sí, tras reservar recibirás detalles incluyendo una foto del punto de encuentro.
Tu conductor te recogerá en el hotel o dirección que elijas a la hora que prefieras; solo proporciona los detalles de tu vuelo al reservar.
Tu traslado incluye recogida privada en el aeropuerto de Fiumicino o en tu hotel en Roma (y viceversa), transporte en vehículo autorizado y desinfectado antes de cada viaje, ayuda con el equipaje (una maleta grande y un bolso de mano por persona), todos los impuestos locales incluidos—y si necesitas, sillas infantiles o acceso para silla de ruedas.
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