Te recibirá un chofer que habla inglés justo en llegadas con un cartel con tu nombre, y viajarás en un coche limpio y con aire acondicionado donde te espera una botella de agua. El traslado dura unos 45 minutos, tiempo ideal para relajarte o charlar con tu conductor local, y termina en la puerta de tu alojamiento. Comodidad sencilla después del caos del viaje.
Vi mi nombre en un cartel justo afuera de la zona de recogida de equipaje en Fiumicino — la verdad, esperaba perderme entre la multitud, pero ahí estaba Marco saludando como si llevara toda la mañana esperándome. Me saludó en un inglés sencillo (mi italiano… no es muy bueno) y me ayudó con la maleta, que parecía más pesada de lo que recordaba. El coche estaba impecable y fresco por dentro; aún se notaba un leve aroma a limón del spray de limpieza. Me ofreció una botella de agua fría justo antes de salir hacia la luz del sol romano.
El trayecto hacia la ciudad duró unos 45 minutos, que pasaron más rápido de lo que imaginaba — tal vez porque Marco iba comentando con calma sobre los barrios que íbamos pasando (“Ahí está Testaccio, el mejor mercado para comida romana auténtica — ¡pero no llegues con hambre!”). Había algo relajante en el ritmo de su voz mezclado con el murmullo del tráfico. En un momento revisó su móvil para seguir otro vuelo (dijo que siempre lo hacen para que nadie se quede atrás si hay retrasos). Son detalles pequeños, pero me dieron mucha confianza. Si haces este traslado tras un vuelo largo, ese cuidado extra vale oro.
Cuando llegamos a mi apartamento cerca de Trastevere, confirmó la dirección y esperó a que encontrara las llaves antes de irse. No me lo esperaba — la mayoría de los conductores solo te dejan y se van. Más tarde supe que puedes añadir un tour turístico al llegar si quieres (yo lo descarté por el jet lag), pero la verdad, llegar a Roma sin complicaciones ya fue suficiente aventura para el primer día. Todavía recuerdo esa primera vista de los edificios color ocre por la ventana al cruzar el río…
Normalmente tarda unos 45 minutos desde Fiumicino (FCO) hasta el centro de Roma o viceversa; desde Ciampino (CIA) son unos 35 minutos.
Tu chofer te espera justo afuera de la zona de recogida de equipaje en llegadas con un cartel con tu nombre.
Sí, la recogida está disponible en cualquier dirección dentro del área urbana de Roma para traslados a cualquiera de los aeropuertos.
Se ofrecen sillas especializadas para bebés, solo tienes que solicitarlas al hacer la reserva.
Puedes añadir un tour de 3 horas por Roma con coste adicional al llegar al centro (guía no incluida).
Tu chofer sigue tu vuelo en línea y ajustará la hora de recogida si hay retrasos o llegadas anticipadas.
En cada vehículo se ofrece agua embotellada para tu comodidad durante el viaje.
El chofer espera hasta 70 minutos después de la llegada de tu vuelo sin coste extra.
Tu traslado incluye recogida directa en tu hotel o alojamiento — o en la terminal del aeropuerto si llegas — además de agua embotellada en un coche limpio y con aire acondicionado. Hay hasta 70 minutos de espera gratuita tras aterrizar, y sillas para bebés disponibles bajo petición.
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