Accede directamente sin colas a uno de los palacios privados más fascinantes de Roma. Contempla arte mundialmente famoso de cerca con un experto que conoce cada rincón, y escucha historias que no encontrarás en las guías.
Lo primero que me impactó al entrar fue el silencio—solo un leve eco de pasos sobre el mármol y ese aroma fresco, un poco polvoriento, que siempre tienen los palacios antiguos. Nuestra guía, Claudia, nos llamó hacia una ventana donde la luz del sol bañaba el patio. Empezó con una breve historia sobre la familia Pamphilj (resulta que aún viven en el piso de arriba). Nunca me había dado cuenta de cuántas capas esconden estos lugares: dramas familiares, política papal, todo entrelazado con pan de oro y cortinas de terciopelo.
Primero recorrimos la Sala Azul. Las paredes estaban repletas de cuadros—un Rafael aquí, un Caravaggio allá—casi demasiado para asimilar de golpe. Claudia señaló un pequeño detalle en una escena invernal de Brueghel: un perro persiguiendo gansos junto a un estanque congelado. Fácil de pasar por alto si no lo buscas. En la capilla, estiré el cuello para admirar los delicados dibujos del techo; aquí reina un silencio casi reverente, como si estuvieras espiando un secreto.
Cada sala tenía su propio ambiente—la Sala Roja se sentía cálida y densa, mientras que la Sala Verde era más ligera, llena de curiosas vistas aéreas y esos tapices gobelinos que parecen absorber el sonido. Incluso percibimos un leve aroma a cera de abejas cuando un empleado limpiaba un viejo armario cercano. Al final, mis pies estaban cansados pero la cabeza me zumbaba con tantas historias y colores. Si vienes con niños o necesitas ayuda para moverte, también disponen de cochecitos y asientos para bebés.
¡Sí! Se permiten cochecitos dentro, y los niños menores de 5 años entran gratis. Solo asegúrate de que un adulto los acompañe en todo momento.
Se permite la fotografía personal en todo el palacio, solo sin flash ni trípodes, por favor.
No hay código de vestimenta. Ponte lo que te resulte cómodo para caminar.
Tu entrada está incluida y evitarás las largas filas en la entrada—todo está organizado con antelación.
Este tour privado incluye la entrada, un historiador de arte profesional como guía y acceso prioritario para que no pierdas tiempo esperando afuera. También hay acceso para cochecitos y asientos para bebés si los necesitas.
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