Si quieres evitar largas filas y sumergirte en la historia de la Antigua Roma, esta excursión privada es para ti. Entrarás directamente al Coliseo, recorrerás las ruinas del Monte Palatino y explorarás cada rincón del Foro Romano, todo acompañado por un experto local que da vida a la historia con relatos reales y detalles que no encontrarías por tu cuenta.
Lo primero que me impactó fue el sonido: pasos resonando contra la piedra vieja mientras cruzábamos los arcos del Coliseo. Nuestro guía, Marco, nos llamó hacia un rincón donde la luz del sol se colaba entre las grietas de los muros. Señaló unos números desgastados tallados sobre los asientos, como “entradas” antiguas para los espectadores romanos. Casi podías imaginar a la multitud, escuchar sus gritos. El mármol se sentía fresco bajo mi mano, a pesar del calor que ya había afuera, y en el aire flotaba el aroma de castañas asadas de un vendedor ambulante cercano.
Luego subimos al Monte Palatino, pasando entre flores silvestres que brotaban entre columnas rotas. Marco nos contó historias de emperadores que paseaban por estos jardines, algunos despiadados, otros sorprendentemente sentimentales. Hay un mirador con vistas al Circo Máximo donde se ve toda Roma extendida abajo; recuerdo una brisa ligera que levantaba polvo y traía un tenue olor a pino desde algún lugar detrás de nosotros.
El Foro Romano estaba lleno de grupos escolares y locales en su pausa para almorzar. Nos detuvimos junto al Templo de Julio César, donde había flores frescas en el altar, algo que me sorprendió. Marco explicó que esta plaza solía estar repleta de políticos y comerciantes discutiendo acuerdos. Vimos la Curia, arcos triunfales e incluso asomamos a lo que queda de la Casa de las Vestales. Es difícil no imaginar cómo sonaría este lugar cuando estaba vivo con voces en lugar de disparos de cámaras.
¡Por supuesto! A los niños generalmente les encanta escuchar sobre gladiadores y juegos antiguos; nuestro guía se aseguró de que todos estuvieran atentos (y hay lugares para descansar si es necesario).
Sí, cada viajero debe mostrar un pasaporte o identificación válida que coincida con el nombre de la reserva para entrar a ambos sitios; no hay excepciones en el control de entradas.
El recorrido incluye terreno irregular pero se hace a un ritmo tranquilo. Los cochecitos son bienvenidos para los más pequeños y hay sitios para sentarse durante el camino.
Verás las zonas principales dentro, pero no el subsuelo ni el tercer nivel superior; esto nos permite dedicar más tiempo a explorar otros puntos destacados cercanos.
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